Hoy, compañeros del metal, voy de libros porque estoy rodeado de ellos y no respiro. El martes noche tuvimos reunión de la Lígrima Trlateral, trío de amigos en el que dos son ilustrados y sentenciadores y uno, que soy yo, no pasa de oyente salvo cuando hablamos de presente o pasa una dama, que son pocas veces. El cátedro de Lengua Española Fernando Bartolomé, escritor y submarinista avezado en las profundidades del Siglo de Oro es uno de ellos; el otro es el también escritor, experto en armas y metales, docto en duelística y ex profesor universitario José María Peláez. Fue Peláez quien nos invitó y citó en la mesa más redonda del Mosquito el martes, y el que me hizo el favor de entregarme, aún humeante como caño de revólver recién percutido, su último libro, "El Hombre de las Muñecas" (ediciones Beta).Saludónos Carmiña cantando una loa de bienvenida y nosotros nos aplicamos a comer y parlotear sin chismear más que lo propio de españoles de fe, de ess sin problemas de identidad patria o de suflés secesionistas. Y, ya comidos, paseamos a medianoche por un barrio viejo desierto y de pétrea hermosura.
Si tú quieres...
Cosa diferente a "El hombre de las Muñecas" de Peláez es el "Si tú quieres" de Sonia Mirón, que es novela juvenil. Ayer estuve con Xurxo Patiño y me hizo entrega de la última obra de esta profesora viguesa a la que no conozco pero no dudaría en hacerlo por el bien de mi mirada. Y es que hoy, a las 20:00 horas en Librouro (Eduardo Iglesias, 12) Sonia Mirón, que es docta en Lengua y Literatura como Barttolome, presentará la (ya) segunda edición de su novela juvenil ambientada en Vigo "Si tú quieres" editada por Círculo Rojo. La cosa tendrá como aliciente también a la ex concejala Maite Fernández (¡pardiez, Maite, ¿por dónde andas, mujer, que andamos perdidos sin la luz de tus ojos?) y a la youtuber Rebeca Stones, que le harán el introito.
Un poco de descanso, please
Qué accidentada es la vida. Hace unos días, mi médico leyó mi análisis de sangre y me dijo: "Bien, pero cuida tus comidas que se te quiere sublevar el colesterol y las transaminasas". Pero ¿cómo escribir, Señor, de gastronomía si no comes? Esto tiene más riesgo que una corresponsalía de guerra. A ver qué le digo hoy mismo (ayer para vosotros) a mis transaminasas cuando salga, al acabar de escribir, a cenar al Laurel (pronto Casa Mauro) en San Adrián de Cobres; o el sábado, que tengo la cena Benéfica de la Fundación Magar; o el domingo, que tengo que dar a la 1 el pregón en la Festa do Meixilón de la Asociación de Hosteleros de Arealonga y, a las 2, estar en la comida anual de la peña Cceltista Chicago, que a esa sí que no puedo faltar porque me mata el presidente Ramón Cabezas.
