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Un día de cine y borrachera

No sé si es una obra de arte. No sé qué pensarán al verla los críticos de cine, que son los que supuestamente saben, pero visto desde la perspectiva de un tipo cinematográficamente virginal como yo, que va al cine de pascuas en flores, es una obra de arte. Hablo de "A esmorga", la película del gallego Ignacio Vilar que ayer vimos en pase privado en Vigo ¿No tenemos derecho a sentir y ser oídos los seres cinematográficamente inocentes? Yo me quedé pegado 111 minutos a la butaca, agradecido por la escenografía, la fotografía de Diego Romero, la genial interpretación de Antonio Durán "Morris", Miguel de Lira y Karra Elejalde pero también la más breve de Alfonso Agra, Sabela Arán o Melania Cruz, la adaptación que me hizo recordar aquellos 19 años míos en que leí arrebatado la novela original de Blanco Amor en que se basa... Yo miré hacia atrás en el patio de butacas y me pareció que la primera a mi espalda, María Xosé Porteiro, estaba impresionada. No entiendo de cine pero salí de allí admirado, con la seguridad de que Ignacio Vilar hizo un cine muy honesto, gustativo y delicado en medio de la gran intensidad dramática, brutal a veces, que allí se vive. Nunca creí que una borrachera de 24 horas, 24 horas mojados por la lluvia por fuera y el aguardiente por dentro, diera para tanto .¡Y qué bella la Galicia interior, aunque dura y tremenda de antaño, que allí se refleja!

Nos fuimos a comer a Ecuador

Al salir de la presentación de A Esmorga en los cines Gran Vía, bajo tanta lluvia como la que caía en la película, me recogió el periodista y empresario Paco Gómez Soto, que me llevó a comer a De Tapa en Cepa, en la calle Ecuador. Tan buena película merecía una comida no menor. Mucha gente tanto en la zona de tapas como en el comedor de este restaurante que no precisa acreditación culinaria, al que yo no iba hace un año pero que no ha bajado un ápice su calidad de antaño. Fuimos clásicos en la comanda. La cecina del Valle del Esla y los carabineros de entrante, el cochinillo para él y la paletilla de cordero para mí, y un sabroso vino de Toro Victorino nos dio una hora de felicidad. Y más servidos por Óscar Cidanes, excelente sumiller y dueño de la casa.

Llega a Vigo La Victoriana

Muchos habréis entrado alguna vez en La Victoriana, esa tienda con encanto de muebles vintage, y mucha memoria abierta hace años en Mondariz Balneario, junto al Ayuntamiento. Yo conozco algún local hostelero de Vigo decorado con sus muebles. Pero a lo que voy. Me encontré a Víctor González Alegre en la galería de Javier Teniente durante la inauguración de la exposición de Vari Caramés. Después de 9 años con La Victoriana en Mondariz, está a punto de convertir en realidad un objetivo/sueño que dice él que le perseguía: en un antiguo taller de coches de la calle Doctor Cadaval, 28 , Talleres Villar (casi enfrente del parking) abrirá una nueva "Victoriana." Yo no lo recordaba pero los lugareños cuentan que antes ese local fue una carbonería. Ahora están acondicionando el local para darle ese toque industrial y al mismo tiempo artesano que tan estupendamente combina con sus propuestas de muebles y accesorios nórdicos de los años 50 y 60 y de estilo industrial. ¡¡¡¡Suerte!!!!

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