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Las tentaciones de la carne

Yo lo que quiero, como todo hijo del Señor, son al menos dos cosas: una, hacerme un selfie con Teresa Pedrosa, la directora de la Zona Franca, porque no soporto que el pequeño Nicolás haya intentado adelantárseme y engatusarla proponiéndole a ella una cita en Madrid. La otra es mantener el tipo con lo que viene porque se nota que entramos en sintonía invernal: los restaurantes empiezan a acosarnos con sus incitantes propuestas culinarias. Ayer mismo me perdí una cena en el Room, en García Barbón, 18, atractiva porque conjugaba dos tipos de carne, no sé si en íntimo concurso: buey gallego versus buey de kobe, con vinos de Codorniú, el Pomal Centenario reserva (uuuhhm!) y el Legaris, a los que bendijo allí Alberto Varela. Estas jornadas de la carne las tenéis en el Room hasta el día 29 pero es que me llama José Magaz para que os cuente que hoy ofrece en su asador Soriano a las 9 una cena maridaje (39 euros) de imprescindible reserva cuyo menú leo y se me está haciendo la boca agua, aunque el vino sea atractivo principal, todo Ribera del Duero: Hito Rosado (salmón marinado), Emilio Moro (jamón bellota), Cepa 21 (bacalao al ajoarriero), Maleolus (entrecot de buey) y Malabrigo ( brownie con vainilla). Y a los que tengáis debilidad por las setas os aviso de que en Toñi Vicente han ampliado sus jornadas hasta el día 9, o sea que aún estáis a tiempo de gozarlas.

Comer, jugar, descubrir

No fui ayer a cenar al Room pero sí a comer al Da Vid, en Urzaiz, 72, invitado por un amigo. Le propuse ir al DaVid, que por cierto estaba a tope, en primer lugar porque David Rodríguez ha incluido en su equipo a un gran cocinero (y gran surfista), Juan Carlos Perret, un peruano que llegó hace ocho años a Europa con Galicia como base, y yo quería ver cómo le habían influido, además de su experiencia con Berasategui, los meses que pasó en el Celler de Can Roca; en segundo lugar, porque inauguraba a mayores de la carta normal, digamos que fuera de carta, otra que une a la cocina de mercado habitual, vanguardia, un estilo y una sabiduría indiscutible en la mezcla y descubrimiento de sabores. No voy a mentir: en los cuatro nuevos platos que probé hubo un momento en que se me puso la carne de gallina de puro placer. Por ejemplo en el lomo de sardina ahumada con papada de cerdo ibérico a baja temperatura o en el arroz meloso ecológico con azafrán y boletus confitado. Un juego con sorpresas ilustradas. Bebimos una botella de Cepa 21 (22 euros) y como eran medias raciones pagó 72 euros. Muy bien para el nivel de oferta. Y ahora abren los domingos

En bici, por la ruta del agua

Tengo en espera una fraterna foto que nos encanta porque habla de asociacionismo, vecinazgo, deporte y familia. Los veréis cuando los demos posando en la pedalada que organizó la vocalía de deportes de la AA.VV. San Xoan Poulo. Fue una marcha ciclista familiar por la ruta del agua en que coincidían al menos tres generaciones (abuelos, padres e hijos) y que acabó con unos pinchitos en la sede de la asociación. Viva la fraternidad vecinal.

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