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El "Alfageme" y la ciudad

Surcó la mar durante décadas. El Bernardo Alfageme navegó tantos y tantos mares y océanos; en tiempos de calma y en tiempos de temporal; y pescó seguramente con el respeto a la mar de la que sus patrones tanto sabían. Porque lo habían heredado de sus abuelos. Querer al mar y a los barcos; querer a los barcos de la pesca, a los barcos que tan bien navegaban. Porque el barco era el guardián de sus vidas, sí, de su pesca y de su pan, pero sobre todo de sus vidas.

Porque los hombres de la mar confiaban su vida al barco, a su navegar... "Es muy marinero", era la frase. Y significaba que sus vidas estaban a salvo. Y para ser admirado y respetado, el Alfageme tiene que ser la ciudad. Después de tanto navegar tiene que descansar dentro de la ciudad. Para disfrute cada día de todos los que transiten el Coia cercano a la mar. Para que la ciudad acoja en su corazón aquel gran barco, y los visitantes, muchos llegados de las tierras secas, puedan compartir con nosotros su disfrute. El mejor museo son las calles de Coia, aquella zona tan populosa, que ahora albergará un barco.

El Alfageme no se merece quedar en un museo, se merece estar en la ciudad a la vista de todos. Ojalá las calles pudiesen ser los museos. Sería más belleza en las calles. Los Laxeiro, Lugrís o Colmeiro no pueden estar en las calles, aunque sus reproducciones, sí, por ejemplo, en medianeras... Pero el Alfageme, sí. Durará décadas y será visto por todos. Como los caballos de la Plaza de España. Pero el barco aún es más nuestro.

La última reparación del Alfageme consiguió recuperar en buen estado toda la parte de hierro, casco, cubiertas, máquina... Pero los mismos que ahora lo quieren llevar a un museo dejaron que se hundiese por dos veces y toda la estructura de camarotes, estancias, gambuzas quedaron completamente inservibles y no se pudieron recuperar. "Tanto lo querían..." que tardaron en hundirlo unos pocos años de abandono.

Dentro ya no hay camarotes, solo la estructura de hierro; ni aparatos de navegación en el puente, ni... Y visitar un barco así no esta exento de riesgos, especialmente para niños (con sus escaleras de hierro, tapas de escotillas, norays, bajada a máquinas...). Si algunos querían hacerlo de esa forma pudieron acondicionarlo antes de dejar que se hundiese y se arruinase todo el interior.

Si el Museo del Mar quiere un barco para ser visitado, que lo compre. Hay muchos y muy buenos barcos que pueden cumplir esa labor educativa, y mejor que que el Alfageme actual. Seguro.

No es inusual ver barcos en seco en ciudades que son marineras. Y si de algo sabemos en Vigo, es de barcos y de pesca. Y un gran emblema de la ciudad será el Alfageme. Y todos lo sabemos, porque en Vigo casi no hay símbolos visibles de nuestra relación con el mar. Y eso es lo que vamos a solucionar. Y Vigo lo va a admirar.

¿O es que algunos, los mismos que lo dejaron hundir, no quieren que la ciudad luzca su historia, su barco? ¿O es que le quieren ahorrar a la Xunta el coste de hacer un proyecto museístico para el Museo del Mar de Vigo?

Y si corriendo riesgos alguien quiere que los niños visiten un barco pueden ceder para tal fin el Rías Bajas, un barco de la Autoridad Portuaria precioso. Atracado al lado del muelle de Trasatlánticos, podría ser visitado allí, en el lugar más accesible y quizás más hermoso del puerto. Porque el muelle de pesca, cerca del de reparaciones, donde estuvo el Alfageme, es un lugar de acceso restringido. E inclusopodrían, si se empeñan, donar el barco del puerto al Museo del Mar, ¿O no?

¿O es que quizás algunos no quieren un Coia aún más hermoso?

*Primera teniente de alcalde de Vigo

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