Mi amigo el naturópata Javier Akerman, a quien he visto crecer desde que sacó su primer libro, allá por sus 18 añitos (y desde entonces ya le ha dado tiempo a nacer, crecer y hacerse naturópata a una hija suya), me cita hoy a las 8 en la Casa del Libro para que asista a la presentación de su último trabajo:"101 remedios naturales infalibles" (Cydonia). Siempre me maravilló la seguridad que tiene Akerman para todas sus recetas o saberes, desde nutricionista a grafólogo. En el libro veo de todo: fórmulas caseras para la caspa (loción de cebollas y encina), para las migrañas (infusión de clavo)... Akerman, que tiene escuela de yoga tibetano en Vigo, invitó al lama Norbu a una estancia en Galicia, y me dice también que vaya el 3 de julio a una conferencia de éste en el Centro Cívico de Teis pero yo ni loco porque estaré en las Azores probando vinos y quesos. Pero a la de hoy iremos.

¡A ver, Carlitos, cuate!

Ayer pasé por el David de la calle Urzáiz, frente al muro de la estación, ese bar restaurante abierto por David Rodríguez. Me acordé de su padre, el fotógrafo publicitario Carlos Rodríguez, autor de ese libro fantástico que es "Galicia Instante Eterno" , y ya sé por qué no me cogió el teléfono cuando le llamé. Me entero por un delator que se encuentra en México D.F. fotografiando unos edificios muy importantes para el BBVA BANCOMER. Carlos, que ve muy apagado el mercado gallego aunque por fortuna él se mueve en ámbitos estatales porque le gusta volar alto, está poniendo hace un tiempo su ojo clínico en la arquitectura. Creo que alguna gorda estará preparando porque también estuvo realizando otro trabajo de la nueva Fundación de Telefónica en Madrid y, tal como es, con tanto minifundio cerebral como hay por aquí, debe estar abriendo algún frente por allá. ¡Contesta, Carlitos, mi cuate!

Un emigrante guardés

Oigo mientras escribo "El teléfono", un bolero que habla de un espejismo del pensamiento. Un espejismo tuve yo cuando leí páginas sueltas de ese maravilloso libro de Xerais, "O gabinete das maravillas", de los hermanos vigueses Irene y Rodrigo Pérez Pintos, (profesora de Lengua y biólogo) y creí que su protagonista era un personaje real. Imposible ser emigrante, bailarín de tango, agitador social, camarero, marchante, garimpeiro, marinero, editor, revolucionario, millonario, coleccionista... en una sola vida. Sin embargo, acabo de leer un pequeño libro que me prestó el médico vigués Mancho Pereiro con un protagonista esta vez real y vida que engancha: Antonio Pena. Se titula "Memorias de un sueño" (Ed. Cardeñoso) y lo escribe la venezolano-guardesa residente en Vigo Maruchi Pena Basseda, que cuenta la vida de su padre desde que salió de polizón hacia América. Fue fogonero en barco y en Puerto Rico, New York y Venezuela descargador de muelle, barrendero, boxeador y sparring de Uzcudum, repartidor, empresario... Con botellines desechados y ruedas pinchadas construyó un mundo.

Y nos queda Prada

Hace tiempo que no comparto un vino con Amancio Prada en Vigo, no sé si la última vez fue en el subsuelo del Vazey o en aquel crucero por la ría en el barco de Beny Fernández Puga. Tengo aquí su último disco, "Poeta en Galicia", con versos de Lorca, excelente. Y el día 11 de julio lo tendréis en el Centro Cultural de Valladares.