La erupción volcánica de Podemos ha sacudido con gran estrépito la política inane de los últimos tiempos. La insondable crisis económica con sus dramáticas consecuencias sociales ha sido el elemento necesario para acelerar una crisis política que se venía gestando desde hace tiempo de manera larvada. Podemos ha hecho bandera del descontento general, que apunta directamente a la política y no sólo a la economía. Ha sabido catalizar no sólo el rechazo a las políticas regresivas del gobierno, sino también a la política en sí, tal como está organizada y practicada por los gobernantes de turno. Su dirigente, Pablo Iglesias, ha tenido la habilidad de no meter en el mismo saco a todos los políticos, para no caerse en él, y ha resumido en una palabra todo lo que de malo hay y está en la política, "la casta".

No todo el descontento con la economía y la política se ha ido a Podemos, porque, la abstención ha sido muy importante y muchos ciudadanos, siguen votando a su partido tradicional para que no gane el directo adversario. Sin embargo, el mensaje de podemos es tan primario que cabe en tweet y quizá su único error fue poner como icono de la candidatura la foto de su líder. Bastaba con una escoba.

Nadie se lee los programas electorales y el de Podemos no es una excepción, pero es igual, porque lo importante era mostrar la capacidad del voto para incordiar y sacudir a una clase política autista. Quizá por ello, al menos en esta ocasión, lo relevante del mensaje no era lo que podemos hacer si nos votas, sino lo que podemos fastidiar a quienes consideran la política y el poder su cortijo particular. No lo hubiera permitido la Junta electoral, pero Podemos habría cosechado aún mayor éxito si cambia la P por la J.

A ver cómo continúa este proceso en las próximas elecciones, pero no deja de tener gracia que Podemos quiera joder a la casta. Susana Díaz ya está temblando.

*Catedrático de Derecho Constitucional