Algunos de los más controvertidos proyectos de ley del gobierno Rajoy (aborto, seguridad, etc.) parecen parados hasta ver qué pasa en las elecciones europeas. Del resultado para el PP se derivará una revitalizacion o la hibernación más o menos camuflada. Lo que no se entiende es la demora de enmiendas a una reforma tan destructora como la del IVA cultural, de cuyos efectos, ninguno positivo, ya hay sobrada experiencia. Salvo que el gobierbo quiera llevar a cero la vida cultural del país, esa enmienda es inesquivable antes, durante y después de las elecciones del 25 de mayo y de todas las siguientes. La sobrecarga fiscal reforzada con la rebaja o abolición de ayudas y subvenciones públicas, los mezquinos estímulos al patrocinio privado y la inepta persecución de la piratería de toda clase de productos culturales, matan o hieren de muerte las expresiones hasta hace poco inseparables de la convivencia civil.

Esto, unido al vaciamiento de las políticas de I+D+i, el desprecio fáctico de la investigación pura y la acelerada diáspora de cerebros españoles que, una vez bregados en el exterior, no encuentran sitio en las estructuras y presupuestos de la ciencia española --por llamarla de algún modo-- describe un paisaje vergonzoso. La señora Aguirre, tan castiza en calificar de "antiespañoles" a quienes no gustan de los toros, tiene ante sí un vasto horizonte de antiespañolidad en los programas de ciencia y cultura del gobierno de su partido. En lugar de hacer chistes con "los de la ceja", estos gobernantes del morapio y la alpargata tendrían que valorar el marasmo acultural. de muy fácil observación tras los absolutismos del siglo XIX y la dictadura del XX. Que este país pueda degradarse una vez más en la España "tahur, zaragatera y triste" no es ninguna broma. Es una tragedia.

¿Para cuándo, pues, la enmienda del IVA cultural? ¿A qué esperan ante algo tan obvio como el empobrecimiento de las expresiones que parecían en progreso gracias al esfuerzo dispensado tras la salida de la dictadura? ¿Será cierto que esas realidades no interesan a la derecha porque no le bailan el agua? Reformular el impuesto a la cultura es sencillo e inmediato a partir de la voluntad política, porque nadie se opondría. La desigualdad que genera la política exclusiva del déficit y la deuda lesiona gravemente muchos derechos de la sociedad española; ninguno tan difícil de recuperar como el de un progreso cultural cortado por las buenas cuando el entorno inernacional no deja de avanzar. Los que tienen conciencia de estos fenómenos ya lo miran con angustia. El castigo fiscal de la actividad creativa no es más que una parte del problema, pero el más fácil de resolver.