Anacleto, que sigue de cerca al Club de los pequeñitos, dice que puede que algunos crezcan pronto, como es el caso de los rosas de Díez. Y añade que, a pesar de que en este lado del Padornelo la UPyD se parece cada vez más a Ucedé y tiene dentro tantas familias como la lista de espera del Sergas, podría dar la sorpresa en los idus de mayo también aquí. Lo que aún no está claro es a costa de quién: parecía que el pato lo pagaría sobre todo el Pesoe, pero quizá el Pepé comparta la factura. Uf.

A ver: no hay datos fiables todavía -los sondeos serios están aún en el horno-, pero el agente secreto pudo constatar, uno) que los zapadores de los grandes partidos curran a destajo para cumplir la orden de socavar; dos) que han tenido ya cierto éxito con el tajo interno de los rosas entre norte y sur; tres) que movieron hilos financieros y en este lado de Pedrafita nadie les dará un euro y, cuatro) que la hucha de Madrid está como la barriga de Carpanta: vacía. ¿No...?

(El resto de los socios del Club hace muchos meses que recibieron la extrema unción pero siguen vivos -aunque in articulo mortis- hasta que liquiden los créditos contraídos en contiendas anteriores. Avalaron con garantía personal y, por tanto, si desaparecen formalmente las siglas, que van pagando a trancas y barrancas, se trasladarán a las cuentas individuales y familiares, lo que en algún caso ya fue causa de crisis de pareja y divorcio. Y puede sentar precedente. Ojo.)

¡Ah, una cosa más! Avecilla no acaba de creerlo, pero lo oyó de alguien que nunca le ha fallado antes. Parece que, tras el verano, y si las cosas salen tan mal para los nacionatas de aquí como parece que van a salir, se formará por fin una especie de Convergencia para que IU no acabe fagocitándolo casi todo y que lo que quede se lo lleve la otra U. No se decidió aún el liderazgo, pero sí se sabe que dinero -de origen galaico/americano, cree el pájaro- habría, con una condición: nada de secesionismos a la catalana; si acaso, al pil-pil. O sea, a la vasca. ¿Capisci?