La capacidad de sorpresa de los españoles ante las afirmaciones sobre economía de los gobiernos del Partido Popular en Galicia y España parece no tener fin. Tenemos que agradecer a no sé qué virgen la salida (entiendo que milagrosa) de la crisis; y la ministra de Trabajo el mismo día que la Unión Europea señala que las cinco regiones con mayores tasas de paro de Europa son españolas dice que la salida de la crisis "va sobre ruedas".

Resulta sencillamente insultante que los gobernantes ignoren con desdén, no solo las condiciones de vida de la mayor parte de sus gobernados, sino la propia situación económica y la evolución de la economía de sus países o sus comunidades autónomas.

En realidad este comportamiento censurable forma parte de una estrategia, engañar a los gobernados sin pudor. Aprovechar el manido escenario de la globalización, que le sirve a la derecha como disculpa, para llevar a cabo determinadas políticas y cambiar el modelo económico y social que los países occidentales construimos con un elevado consenso.

Nada va sobre ruedas en este país, salvo la deuda pública y las enormes dificultades de una gran parte de la ciudadanía para llegar a fin de mes. Incluso las expectativas empresariales son negativas, provocadas por las graves dificultades en la demanda interna y en la financiación.

La continua caída de los niveles salariales, más allá de que los gobiernos de la derecha intenten ocultarlo, la congelación del salario mínimo interprofesional, el proceso de ajuste en las pensiones y la reducción en los niveles de cobertura del desempleo han situado la capacidad de compra de los españoles en niveles desconocidos desde hace años. Una fortísima caída de la renta disponible de las familias y por lo tanto del consumo.

A estos problemas de demanda tenemos que añadir las dificultades de financiación, tanto del propio consumo, como de la inversión. La dura, cruda e inexplicable realidad es que falta crédito privado, y también público, a pesar de los miles de millones de euros utilizados en el rescate bancario.

Los ministros y conselleiros de los gobiernos del PP lo que tienen que hacer no es invocar a la virgen, es explicarle a los ciudadanos por qué no obligan a los bancos, a los que han inyectado ingentes cantidades de dinero público, a conceder créditos a consumidores y empresarios solventes, en vez de hacer negocios especulativos adquiriendo liquidez al BCE a tipos próximos al 0% para comprar deuda pública por la que reciben intereses por encima del 3 y el 4%.

Señora ministra, quienes van sobre ruedas son los bancos que hacen pingües beneficios privados, en muchos casos con grandes cantidades de fondos públicos, no sé si la virgen tiene algo que ver en ello, pero la desvergüenza de algunos estoy seguro que sí. El propio gobernador del Banco de España, el Sr. Linde, poco sospechoso de hacerle oposición a los gobiernos del Partido Popular reconoció recientemente que un 70% de las empresas tienen problemas graves de financiación de sus actividades productivas, y por lo tanto en la creación de empleo.

Y mientras la economía real se mueve en estos parámetros, continuamos en la publicidad. Las exportaciones, que si bien han aumentado, su diferencial con las importaciones se ha reducido; la llegada de capital extranjero, aún muy escasa, excepto los fondos especulativos, que vienen a llevarse los restos de los naufragios inmobiliario, financiero... ¡qué bien lo cuenta Rafael Chirbes en su novela En la orilla!

Y en este mar de propaganda... la dura realidad, que va más allá de la ideología, llega a la propia gestión de los fondos públicos; a la eficacia de un dinero dramáticamente escaso. Y los números cantan, el Gobierno gallego, entre viaje a México, Panamá y declaraciones solemnes del presidente Feijóo en Madrid, presenta un balance desolador en la ejecución de sus fondos para la reactivación económica y la creación de empleo.

Los socialistas gallegos lamentamos el conformismo y la autocomplacencia del Gobierno gallego, en el que la Consellería de Economía e Industria, que habla de un panorama de recuperación que no existe, dejó el año pasado sin ejecutar el 45% de su presupuesto, es decir no gastó más de 113 millones de euros que estaban presupuestados, una incompetencia en la gestión que merece que el responsable reflexione sobre su dimisión.

El hecho de que el departamento que se encarga de la reactivación y la promoción económica sea el que tenga el nivel de ejecución más bajo de toda la Administración autonómica merecería al menos una explicación. Conviene que recordemos, sobre todo los parados y los pequeños empresarios que tienen problemas de financiación, cuales son los objetivos políticos de esta consellería, el apoyo a la modernización, la internacionalización y la mejora de la competitividad, así como la innovación del tejido productivo... 113 millones de euros sin gastar... sin comentarios.

Mientras en Galicia en 2013, 38.700 ocupados menos, y casi un 25% de la población, una de cada cuatro personas, en situación de riesgo de pobreza o exclusión social... Definitivamente, las ruedas que el Partido Popular pretende "colocarle" a este país son cuadradas.

*Portavoz de Industria del Partido Socialista en el Parlamento de Galicia