para gustos...

Comienzan la Semana Santa y se ha pasado de aquellas tétricas celebraciones religiosas casi obligatorias de mediados del pasado siglo a convertir la semana en unos días de asueto que muchos, con otras ideas más o menos lejanas a cualquier convicción piadosa, aprovechan para viajar y sentir el calor del sol allí donde Internet indique que puede salir franco estas jornadas. Hay también mucha gente que prefiere seguir las tradiciones y se amarran al rosario procesional que ya se ha iniciado y tendrá, en la segunda parte de la semana, sus momentos más intensos, muchos de ellos, igual de tétricos que hace cincuenta años porque hay quien se aferra en querer vivir más el drama de la condena y muerte de Jesús, que el momento glorioso de su resurrección. Un peligro es que la Semana Santa se convierta en un simple espectáculo lejano a la realidad de su verdadero significado porque cuando es así, no pasa de ser una comedia que no tiene que ver con el verdadero sentir cristiano.

Álvarez Ossorio