Un mercado único europeo verdaderamente integrado requiere de una poderosa red de infraestructuras de transporte de la cual los puertos nodales constituirán una parte esencial.

Estos días, con motivo de la presentación de un libro que evalúa el impacto económico del sector pesquero en Vigo (ver FARO de 11/01/14), ha vuelto a la actualidad la oportunidad perdida de que el Puerto de Vigo hubiera podido ser un Puerto Nodal europeo, es decir, de que el Puerto de Vigo estuviera al máximo nivel en la red europea de transportes para cuya construcción habrá fondos europeos en cantidades muy considerables.

La historia de esta oportunidad comenzó cuando en octubre de 2011 se publica la primera lista de puertos nodales europeos, con carácter provisional y sujeta a cambios, en la que ya no figuraba el Puerto de Vigo.

Para la elaboración de esa primera lista los expertos de la UE habían utilizado el criterio de que los puertos incluidos en ella deberían poseer, durante el promedio de los años 2006, 2007 y 2008, al menos el primero del tráfico portuario europeo de "graneles" o del de "no graneles", tal como se recoge en la página 26 (apartado 2.2.B) del Commission Staff Working Document (2011) 0101. El Puerto de Vigo no tenía el primero del tráfico europeo de graneles, pero en cuanto al tráfico de "no graneles" (que está constituido por la mercancía general, los pasajeros y la pesca) la cuestión era distinta, ya que Vigo en aquellos momentos superaba el 2'5% del tráfico total europeo de pesca (encuadrable, como el tráfico de pasajeros, dentro de los "no graneles"), por lo que no debería haber quedado fuera de la lista.

Esta circunstancia se puso en conocimiento de la UE en una reunión celebrada al efecto en Bruselas (a la que yo asistí), en la que se puso de manifiesto que Vigo cumplía los criterios utilizados y que, además, lo hacía para una mercancía, la pesca, que posee una especial importancia para la UE como lo demuestra el hecho de que exista: 1) una Política Pesquera Común 2) un comisario de Pesca 3) una Agencia Europea de Control de la Pesca (por cierto, con sede en Vigo) y 4) la publicación de estadísticas europeas específicas para la pesca. Esta especial importancia que la UE concede a la pesca, no se la concede al resto de mercancías objeto de tráfico portuario.

También en esa reunión se puso de manifiesto que Vigo es un puerto de referencia a nivel mundial en pesca, cuya consideración como puerto nodal prestigiaría la lista de Puertos Nodales europeos favoreciendo la autoridad moral y la capacidad de iniciativa de la UE frente a puertos pesqueros de terceros países.

Además, se señaló que cuando una cantidad significativa de pesca capturada se descarga en un puerto, se genera una actividad NODAL en torno a ella, muy superior a la que genera cualquier otra mercancía descargada, cuestión que, en el caso de Vigo, primer puerto pesquero del mundo en tráfico de pesca para consumo humano, lleva a generar una extraordinaria actividad NODAL creadora de renta, riqueza y empleo en torno a ella. Esto ha sido corroborado en el libro presentado hace unos días en Vigo que detalla el impacto socioeconómico del sector pesquero, al que antes me he referido.

Por último, también se puso de manifiesto que la actividad pesquera está en el mismísimo origen de los puertos por lo que ¿cómo la UE no iba a considerar el tráfico de pesca?

Ante esta exposición, acompañada de la entrega de la correspondiente documentación, los representantes de la UE en la citada reunión no pudieron disimular su sorpresa y prometieron reestudiar el asunto afirmando que la lista inicial estaba sujeta a cambios.

En mi opinión lo que había sucedido es que los expertos que elaboraron la primera lista de Puertos Nodales no cayeron en la cuenta de que al utilizar el criterio de los "no graneles", estaban incluyendo la pesca capturada. Y no cayeron en la cuenta porque en Europa no existen grandes puertos pesqueros del tamaño del de Vigo.

De este modo se había llegado a la situación siguiente: 1) existía la evidencia de que el Puerto de Vigo cumplía los criterios con los que se había elaborado la primera lista de Puertos Nodales; 2) las autoridades españolas optaron por la estrategia de tratar de ampliar la lista de puertos nodales españoles para dar cabida a Vigo, lo cual resultaba muy difícil, pues rompía el equilibrio entre el número de Puertos Nodales asignados a España, Francia e Italia. Frente a esta estrategia solo cabía la de tratar de modificar la composición de la lista de Puertos Nodales adjudicados a España, sustituyendo un puerto por otro pero manteniendo su cifra total. Ambas estrategias difíciles; 3) si finalmente se incluía a Vigo, Galicia (con el 5'3% del P.I.B. español), tendría dos puertos nodales (Vigo y A Coruña), es decir igual que Cataluña (Barcelona y Tarragona) cuyo P.I.B. representa el 18'7%, lo que podía plantear otro tipo de problemas.

En resumen, Vigo se ha quedado fuera del selecto grupo de los puertos nodales europeos y, al no haberse hecho públicos los criterios técnicos finalmente utilizados que han permitido la no inclusión de Vigo, cabe pensar que se ha actuado sustituyendo los criterios técnicos iniciales (que el Puerto de Vigo cumplía) por otros de tipo político.

Sin embargo, debemos tener en cuenta que la situación a la que se ha llegado no es inamovible, ya que, en el futuro, aparecerán nuevos puertos nodales y dejarán de serlo puertos que ahora lo son, por lo que los representantes políticos de Vigo deberán permanecer alerta para aprovechar cualquier oportunidad que permita subsanar la injusticia cometida con nuestro Puerto.

*Socio del despacho Cortegoso & Lara. Consultor portuario de Naciones Unidas