Mi buen amigo y profesor de Historia de la Universidad de Santiago de Compostela, Carlos Barros Guimeráns, ha tenido un gran sentido de la sociedad en que vivimos al seleccionar la afortunada frase de Thomas Jefferson (1802): "Si los pueblos permiten un día que los bancos privados controlen su moneda, los bancos y las instituciones que florecerán en torno a los bancos, privarán a la gente de toda posesión, primero por medio de la inflación, enseguida por la recesión, hasta el día que sus hijos se despertarán sin casa y sin techo, sobre la tierra que sus padres conquistaron".

Esta frase me parece una buena respuesta a la pregunta que formulé el viernes -se refiere el profesor a su blog- sobre el interés de la Historia para vislumbrar el futuro. En realidad, Jefferson hace 211 años explicó bastante bien lo que está pasando con la crisis económica actual. La oligarquía financiera internacional -que es quien manda en el mundo de la política y de la economía actualmente- es el "banco privado" de Jefferson, que controla la moneda y somete a la mayoría de la sociedad a un proceso de desposesión.

Primero, por la inflación, pues todos los perceptores de rentas fijas (asalariados, jubilados, pensionistas,…) ven reducir la capacidad adquisitiva de sus ingresos. En las finanzas, cuando sube la inflación suben los tipos de interés y aquellos que tengan una hipoteca con un tipo de interés variable, verán aumentar lo que tienen que pagar a su banco cada mes. Y asimismo, ante una subida de tipos de interés, los consumidores pedirán menos créditos para comprar y las empresas también pedirán menos créditos para inversiones.

Segundo, por la recesión, que es lo que sucede desde el año 2008. Hay una desposesión de los ahorros de la gente, que han ido a parar al bolsillo de unos cuantos. De ahí el incremento de la desigualdad social cada vez mayor que se está produciendo. Los asalariados sufren una menor participación en el reparto de la renta, lo que provoca a su vez más recesión, por falta de capacidad adquisitiva y consumo de la mayoría social.

Tercero, ni que viviera hoy ese gran ilustrado e antimperialista que fue Thomas Jefferson, cuando decía que "sus hijos se despertarán sin casa y sin techo". ¡Cuántos estadounidenses se están viendo privados en estos últimos años de sus viviendas y cuántos españoles y de otras nacionalidades se encuentran en las mismas circunstancias!

En nuestro caso, la situación es todavía peor. En caso de impago del préstamo hipotecario, a diferencia de otros países en que al deudor se le libera de los pagos pendientes por dación en pago, el banco se puede quedar con la vivienda abonando sólo el 60% del valor de tasación de la misma y reclamar al deudor la diferencia entre el importe de la deuda (más los intereses por demora y las costas del procedimiento) y el 60% citado. Tanto más injusto cuanto que a los grandes promotores se les acepta las daciones en pago por miles de millones de euros, no así al ciudadano de a pie (sobre todo, los desempleados y, muy especialmente, los jóvenes desempleados).

En suma, todo un acierto la selección de la mencionada frase. Sin duda, la Historia sirve para anticipar el futuro.

*Catedrático de la Universidad Autónoma de Madrid