Hace poco más de dos años, una interesante iniciativa surgía en una conocida red social con el principal objetivo de solicitar cambios en la estructura y organización de la biblioteca municipal de Lalín y contar así de una vez por todas con una biblioteca "decente" que haga justicia a lo que nuestra localidad se merece.

Aquella iniciativa permitió que muchos lalinenses pudiésemos compartir nuestras impresiones acerca del funcionamiento deficiente de este servicio, así como hacer numerosos propuestas de mejora que permitiesen solventar, al menos en parte, las grandes carencias de las que adolece. Entre las numerosas limitaciones que esta puesta en común ha permitido dar a conocer y que dos años más tarde se mantienen intactas se encuentran los escasos puestos de lectura de los que dispone el recinto o el irrisorio horario de apertura (es difícil encontrar otra biblioteca en Galicia que cierre durante dos horas a mediodía y que además en horario de tarde cierre a las 20 horas. Por otra parte, solicitar la apertura los sábados por la mañana o un horario especial en época de exámenes como se hace en otros muchos ayuntamientos se presenta como un logro casi utópico en el nuestro).

Al margen de estos elementos, es de sobra conocido que el catálogo de libros de nuestra biblioteca es poco menos que pobre, con escasas estanterías, semivacías en muchos casos, que resisten el paso de los años sin apenas recibir nuevos libros. Como si de una metáfora del local se tratase, un póster divulgativo sobre la gripe A nos recuerda irónico que nuestra biblioteca, lejos de prestar el servicio educativo y de promoción cultural que se le presupone, está más próxima a convertirse en un museo vintage. Después de varios meses acudiendo diariamente a la biblioteca municipal, de observar su funcionamiento e intercambiar opiniones con otros usuarios, llego a la conclusión de que las cosas no han cambiado nada, el descontento de los usuarios es generalizado y las reivindicaciones iniciadas años atrás han sido totalmente ignoradas.

Parece que el gobierno local nunca se ha preocupada de invertir lo necesario como para ofrecer un servicio de biblioteca decente, quizás porque infravalora o desconoce los beneficios que de un buen funcionamiento de este servicio se derivarían. Puede que se deba también a que en este ayuntamiento se ha dado prioridad a la inversión de escandalosas cantidades de dinero en edificios como el nuevo ayuntamiento, que al escalofriante coste de construcción hay que añadir también unos gastos de mantenimiento que lastiman cada vez que se publican en la prensa local.

Me pregunto cómo serían las cosas en Lalín si en lugar de haberse invertido esa tremenda cantidad de dinero en el edificio consistorial se hubiese construido en su lugar uno mucho más austero, funcional, como por ejemplo el edificio dedicado a los juzgados. Casi con total seguridad las arcas municipales contarían con recursos más que de sobra para construir una biblioteca decente que cuenta además con horarios, oferta de libros y espacios de trabajo dignos. A los ciudadanos de a pie no nos convence en absoluto el argumento de que la inversión realizada merece la pena, que Lalín cuenta ahora con un Castro Tecnológico admirado a nivel Europeo por su nivel arquitectónico. Ni esto es Egipto ni los lalinenses necesitamos un "templo" al estilo pirámide de Keops que nos haga ser recordados para la posteridad. Lo que Lalín necesita, y más en estos tiempos, es contar con servicios funcionales y sostenibles como una buena biblioteca o un parking en el centro del pueblo que se pueda utilizar y que hagan de la vida en Lalín un reto más agradable.

*Vecino de Lalín.