La excelente exposición sobre Rosalía de Castro y su tiempo que se exhibe en la Fundación Barrié de Vigo tiene un borrón: no incluye el periódico que publicó la primera crítica de "Cantares Gallegos". Y existe: es el ejemplar del 26 de agosto de 1863 de Faro de Vigo. Firma la crítica el poeta José María Posada Pereira. Es la única recensión que se publica en un periódico gallego del libro germinal de la literatura de Galicia. La otra crítica la firma en "Galicia. Revista universal de este Reino", el médico y poeta Lópe de la Vega. El resto de periódicos y revistas gallegos ignoraron la aparición de "Cantares".

Pero la exposición, magníficamente montada, merece verse, porque descubre multitud de datos. Por ejemplo, que existe un volumen encuadernado del periódico "La Oliva".

Se creía perdido, aunque hace medio siglo, el eterno archivero de la Real Academia Galega, y excelente investigador, Juan Naya, sin que nadie más lo hubiera comprobado, había anotado: "A un generoso y fraternal camarada, debemos la posesión del volumen que contiene los ejemplares de este rarísimo periódico, el cual pocas gentes de las que hoy viven conocen".

Sobre "La Oliva", y su sucesor "El Miño", tan mitificados como desconocidos, han tratado historiadores del periodismo vigués que no localizaron más que números sueltos. Como decía Alvarez Blázquez, "en Vigo no queda ni rastro de la colección".

Ha tenido que organizarse la exposición "no principio foi o verso" , sobre el 150 aniversario de "Cantares Gallegos", de Rosalía de Castro para que saliera a la luz el volumen.

"La Oliva", segundo periódico vigués en el tiempo, tras el Faro, ha tenido dos etapas. Entre 1856 y 1873, año en el que desaparece definitivamente. Entre ambas se publicó "El Miño".

La opinión más extendida es que las dos colecciones se habían perdido, pero ahora se confirma, con la aparición del volumen propiedad de Juan Naya, que existe parte de la colección de la primera etapa de "La Oliva". Y, al menos, números sueltos de "El Miño".

Bienvenido sea "La Oliva" a su territorio natural, Vigo. Y una sugerencia inmediata: Si la RAG no digitaliza esta colección, el Ayuntamiento, la Diputación o algún otro organismo, debería acometerlo de inmediato. No es costoso porque son escasos los ejemplares -salía dos veces a la semana- y de pequeño formato. Es un patrimonio de un valor inapreciable, y es vigués.

Además de esta parte de la colección de "La Oliva" -encristalada, y que obviamente no puede tocarse-, la exposición permite ver algunas cartas de la correspondencia de Murguía, fotografías y detalles de la vida de Rosalía y otros secretos de la RAG relacionados con sus vidas.

Una exposición, en suma, que se visita con gusto y que es no solo didáctica, sino sugestiva para todo tipo de personas. De niños a veteranos.