El número de imputados en el caso Nóos fluctua como las cotizaciones en bolsa. Los expertos en la materia, que de todo hay en la viña del Señor, hablan de una media de 25 encausados, pero la cifra cambia debido a las altas y bajas que a menudo se suceden, algunas forzadas como la de la infanta Cristina.

La cúpula de los implicados está encabezada por Iñaki Urdangarín y Diego Torres. La hija del Rey figura y no figura (no importa darle más vueltas)

Hay personas que han sido imputadas por haber firmado un único papel en un océano de documentos. Otros rezan como encausados por haber ocupado altos cargos en Administraciones que se mostraron enormemente generosas con el yerno del Rey y su séquito.

Se trata de directores generales o responsables de entidades públicas que se limitaron a obedecer a los gobernantes de turno y conseguir que todo fuera sobre ruedas para el Instituto Nóos.

Por el contrario, políticos que recibieron, alborozados, y con los brazos y las arcas públicas abiertas, al duque de Palma, todavía no han declarado ni tan siquiera como testigos. Es el caso de Rita Barberá y Francisco Camps.

Los hoy tristemente famosos hermanos Tejeiro -Marco, Miguel y Ana María- arrastran, con dolor, su imputación. Se les acusa de asesorar y encubrir a la supuesta trama y ocupar puestos relevantes en algunas sociedades y entidades investigadas. Diego Torres es el esposo de Ana María, que ya no confía en sus hermanos. La familia no está unida, al menos procesalmente hablando. Unos han tirado hacia el más poderoso Iñaki Urdangarin. Los otros, los esposos Torres-Tejeiro, luchan en solitario contra lo que ellos tildan de epidemia de amnesia.

¿Qué pasará con los imputados de segunda en este caso? Algunos serán exculpados y otros no.