Alpha Pam es un nombre que parece de un personaje de Philip K. Dick o de un modelo de avión no tripulado, como esos "drones" que bombardean las montañas de Afganistán y siempre acaban confundiendo a un grupo de escolares que van al colegio con un arsenal de los talibanes. Pero resulta que Alpha Pam era un senegalés que tenía 28 años y vivía en Can Picafort. Tenía una página en Facebook (o al menos hay una página en Facebook a nombre de Alpha Pam), y por lo que se ve en esa página, sus gustos no tenían nada de extravagantes: le gustaban Rihanna y el hip hop, Shrek, Benzema, Michael Jordan, Iker Casillas? Según he leído, una de las últimas cosas que hizo Alpha Pam fue subir un vídeo a Youtube con un baile del Senegal para atraer las buenas cosechas. Quizá también intentaba atraer a la buena suerte y alejar a la muerte, porque ya estaba muy enfermo de tuberculosis y se murió poco después de haber subido el vídeo. Y es que Alpha Pam tenía una cuenta en Facebook y otra en Youtube, pero no tenía tarjeta sanitaria, porque era inmigrante ilegal. Y según la nueva ley, un inmigrante ilegal no puede ser atendido en la sanidad pública, a no ser que se trate de una urgencia. Y la tuberculosis, parece ser, no era una urgencia.

Hay algunos recortes que son inevitables, y otros que son de sentido común y se deberían haber emprendido hace mucho tiempo. Sin embargo, el recorte a la asistencia sanitaria a los inmigrantes sin papeles es una vergüenza colectiva. Cada día se nos dice que hay que ahorrar en gastos inasumibles porque no tenemos dinero, pero yo veo que se siguen editando con dinero público carísimas ediciones de poesía, y se siguen celebrando cursos universitarios a los que no va nadie, y se publican costosos catálogos de arte que nadie ve, y siguen existiendo las fundaciones dedicadas a exaltar la obra de algunos poetas que se proclaman malditos y desobedientes, y se sigue dando dinero a ciertos clubs de fútbol a través de ayudas o avales o Dios sabe qué. Y no hace falta citar los montones de dinero de los contribuyentes que se han llevado los ejecutivos que saquearon y arruinaron las cajas de ahorros. O las costosísimas jubilaciones de políticos -y amiguitos de los políticos- que han disfrutado de estupendos cargos públicos con cargo al contribuyente. Y como en ninguna de esas partidas presupuestarias ha habido recortes, que no me vengan con la historia de que no hay dinero para los inmigrantes ilegales. Eso es una mentira. Todavía lo hay.

Yo no sé si nos damos cuenta de que hay una serie de gastos sociales que a la larga repercuten en nuestro bienestar, aunque muchas veces no nos demos cuenta de ello o creamos justo lo contrario. Que existan subsidios para los parados, o ayudas para los desempleados de larga duración, o que los inmigrantes sin papeles puedan tener una atención sanitaria digna, son cosas que nos permiten vivir en una sociedad que no sólo puede estar orgullosa de sí misma, sino en la que además podemos circular tranquilos sin necesidad de ir protegidos por un guardaespaldas o atenazados por el miedo. Y si el dinero público debe estar muy bien administrado y gestionado, es justamente para que pueda financiar todos esos servicios sociales que a la larga nos ayudan a vivir un poco mejor a todos, y no sólo a los que se benefician de forma directa de ellos. Y si nuestras calles no son las de Caracas o México, y si nuestros hijos, de momento, todavía pueden pasear con una cierta tranquilidad por las calles, es porque tenemos unos mecanismos de protección social que hasta ahora han evitado que la caldera reviente. Es tan simple como eso.

Hay gente que cree que el dinero público es inagotable y que se pueden financiar con recursos públicos todos los caprichos que tengamos, pero eso no es verdad. Los recursos públicos son limitados, pero justo por eso, porque son limitados, deben dedicarse a las necesidades que de verdad importan. Y el caso es que Alpha Pam murió, y fueran cuales fuesen las causas de su muerte, el hecho de que no tuviera asistencia sanitaria no puede parecernos nada más que una vergüenza.