La acumulación de distintas alertas ayer en la comarca, junto al moañés fugado con una escopeta, movilizaron a todos los efectivos de seguridad y emergencias de la comarca. A media tarde el intenso ruido de sirenas transportó a los vecinos de la villa canguesa a una de esas películas yanquis en las que siempre se escucha pasar a la ambulancia y a la Policía de un lado para el otro recorriendo la ciudad de turno. Muchos cangueses se temían lo peor. Aunque lo importante es que no ocurra nada grave y todo acabe resolviéndose sin lamentar heridos.