Avecilla insiste: por más que se den por hechas otras opciones, el mapa del mundo financiero -previsto tras el pacto Zetapé-Rajoy para dejarlo en cuatro o cinco manos- está sin cerrar. En el seno del Pepé se está librando una batalla, quizá final, entre quienes creen, por ahora, en la necesidad de un contrapeso público a la gran banca privada, y los que están por el Botín, que cuentan con fuertes intereses aliados en los poderes fácticos y por eso no contemplan la posibilidad de caerse del Guindo, un árbol algo frágil. Ojito.

El pájaro añade que por eso lo que alguien llama -de un modo algo exagerado, vale- el "centro izquierda del Pepé" mantiene, aunque sea en minoría, que Bankia debería ser ese contrapeso y reforzarse con el mercado gallego para, así, tener más opciones de cara al futuro. Y aquí, además de la gente de NCG, que sigue luchando por sobrevivir, hay ya algún rojo de cuota que hace números -políticos- y cree que hay que mirar a largo plazo, y no a corto como suelen hacer Rajuá y cía. Uyuyuy.

Otra cosa. Dice Anacleto que, trémulas de emoción, varias plataformas de usuarios de la sanidad pública estudian un homenaje a la Xunta después de que anunciase a bombo y platillo que los pacientes que se operen en centros privados no habrán de adelantar el dinero de su propio bolsillo. Y tamaña muestra de generosidad, si es que finalmente se concreta, podría motivar, en agradecimiento, una romería al estilo de la andaluza del Rocío -claro-, pero más enxebre. Yuju.

La cosa se debería a una previsión de ahorro por la reducción de envíos que propicia el sistema de "peonadas". O sea, de encargos -selectivos- de horas extra vespertinas que, al triple de las ordinarias, se encargan desde las gerencias de hospitales públicos para reducir las listas de espera. Hay una especie de competición -e ingeniería sanitaria, que todo se sabe- entre ellos para ver quién va en cabeza, y hacer méritos ante el montepío por si hubiese en breve plazo algunas vacantes en el escalafón, que es lo que se rumorea. ¿Capisci?