Argi, de verdad, pareces boba. ¿Es que no sabes distinguir tu vida privada privada de tu vida privada pública? ¿Es que no te das cuenta de que cuando estás viviendo tu vida privada con unas cámaras retransmitiéndola a millones de personas no puedes comportarte igual que cuando estás viviendo tu vida privada en un ámbito privado? Como los lectores seguramente saben, Argi, concursante de Gran Hermano 14, comentó, como una broma banal e irresponsable, que había acudido a una manifestación de apoyo a ETA. Eso provocó un revuelo descomunal en Telecinco, y es lógico que haya sido así; si Vasile hubiera escuchado esa idiotez dicha al tuntún en los váteres de su cadena ni siquiera hubiera vuelto la cabeza para identificar al estúpido; pero GH es un programa público, protagonizado por unos personajes públicos que actúan públicamente ante los espectadores. La Asociación de Víctimas del Terrorismo denunció el hecho exigiendo la expulsión de la concursante, y es lógico que haya sido así; si los responsables de esta asociación hubieran escuchado esa frase en la barra de un bar se hubieran limitado a mirar con justificado desprecio al que la dijera; pero GH es un programa público, protagonizado por unos personajes públicos que actúan públicamente ante los espectadores. Finalmente, Argi ha sido expulsada del plató-casa de Gran Hermano, y es lógico que haya sido así; cuando vuelva a su casa -la suya, la de verdad- podrá repetir esa broma en su vida privada sin tener luego que pedir perdón llorando a sus familiares, pero seguramente habrá aprendido las duras consecuencias de hablar así en los concursos de televisión que emiten la vida privada de los concursantes.

Así que, Argi, bonita, entiéndelo bien: expulsándote del programa, Gran Hermano te ha lanzado dos mensajes. Primero, para vivir tu vida privada bajo las reglas de la vida privada no hay que ponerse delante de cámaras; y segundo, los reality shows no tienen nada de reality y lo tienen todo de shows. Hay que ser muy boba para no saberlo.