No hay seguridad crítica. La jurídica la defienden organismos internacionales con artillería pesada y la ayuda de mercenarios mercantilistas, pero la seguridad de criterio ha desaparecido porque "crítico" es lo perteneciente o relativo a la crítica y también lo perteneciente o relativo a la crisis. Lo único fijo en Chipre es que han cerrado los bancos, disculpen las molestias, hasta nuevo aviso o nuevo nuevo aviso. Magnífico. Todo el funcionamiento económico capitalista pasa por los bancos, donde se hacen los pagos y los cobros casi sin alternativa pero pueden ser cerrados, interrumpiendo el acceso a tu propio dinero. También es posible que tengas que pagarles que se hayan ido de fiesta con él, en lugar de guardarlo, que es para lo que se lo entregaste.

Para la mínima Chipre, el Eurogrupo propuso gravar los depósitos bancarios a partir de distintas cantidades. En defensa propia, Chipre intentó vender su alma y sus yacimientos energéticos a Rusia. Al final todo el peso del FMI, el BCE, la Comisión y el Consejo europeos amilanaron al presidente chipriota, que aceptó reestructurar su mayor entidad financiera y cerrar la segunda e impusiera quitas a los accionistas, los acreedores y los depositantes con más de 100.000 euros en su cuenta. Hasta ahí, 7 días en danza.

Esa iba a ser la excepción chipriota pero el presidente del Eurogrupo, el holandés Jeroen Dijsselbloem, aseguró que iba a ser la regla. Después del previsible desastre financiero y bursátil, no se sabe si los grandes políticos europeos tienen la altura de concejales de festejos de pueblo cargados de vino el día de la patrona o están cambiando continuamente las reglas del juego y el juego mismo y cuando corres detrás de todos en "la queda", de pronto son "las cuatro esquinas" y cuando corres hacia una esquina desaparecen porque juegan al "escondite" y cuando ves al primero, salta sobre los cuadros de la rayuela y cuando...