Si nadie llamaría "gran propietario" al dueño de un piso de cien mil euros, en caso de que pueda encontrarlo, ¿por qué habría de ser un "gran ahorrador" quien ha depositado dicha cantidad en un banco, en lugar de sumarse a la locura inmobiliaria? En Chipre no se asaltan los depósitos bancarios por encima de esa suma para castigar a los mafiosos rusos que guardan su dinero en la isla, sino para no espantarlos al descargar sobre un segmento más amplio. En España, ya informamos en anteriores capítulos sobre la entidad financiera que concedió media docena de millones de euros a un tal Urdangarín, que acreditaba unos míseros ingresos anuales. Según declaró el yerno del Rey ante el juez, la gestión fue posible por la relación de confianza con el director de su oficina. Nadie ha sido despedido por esta operación, descargada sobre las espaldas de centenares de sufridos ahorradores que perciben intereses ridículos. La Unión Europea de Atracadores y su brazo armado bancario han decidido ahora saquear a los incautos que no contribuyeron al desastre financiero. Por cierto, ninguno de los ladrones gana menos de cien mil euros al año. Chipre es la antesala de España, según reconoce toda la prensa continental excepto la de Madrid, por complicidades obvias. El robo en curso constituye una gigantesca llamada a la irresponsabilidad. La evasión a Suiza, pregonada desde aquí en un esfuerzo anterior, tiene el inconveniente de que los bancos de ese país están saturados con las fortunas de los financieros españoles, mil millones en una sola cuenta de Botín. Para escapar a los atracadores de la UE, la mejor solución consiste en que usted sumerja su economía. Siga el provechoso ejemplo del PSOE -EREs andaluces-, PP -Gürtel-, Casa Real -Urdangarín y otras-, FMI -Rato, Lagarde-, el Papa -IOR-, el presidente del Gobierno -manuscrito de sobresueldos de Bárcenas-, el Tribunal Supremo -gastos en Marbella- y la banca en su conjunto -intereses muy diversos en paraísos fiscales-. Súmese al espectáculo, ya que va a pagarlo de todas formas.