La calle María Berdiales fue pionera en eso de la semipeatonalización o de tráfico calmo.

Desde Gran Vía y hasta el cruce con la Ronda de Don Bosco, fue hace años objeto de una reforma de esas que después empezaron a llamarse humanización, consistente en la renovación y ampliación de aceras, instalación de farolas de diseño exclusivo y zona de rodadura a base de adoquines que en su primera fase eran de cerámica o algo así.

Como no dieron el resultado apetecido, pues pronto aparecieron las flojeras y a soltarse piezas, al cabo de un tiempito los sustituyeron por los de granito de toda la vida.

Parches de chapapote para salir del paso...

El intenso tráfico, pues es una alternativa interesante a Urzáiz en dirección centro, y la falta de mantenimiento, han llevado a la calle a un deterioro cada vez más llamativo y el Concello se ha limitado a ir poniendo remiendos.

En vez de levantar, reparar y reponer el adoquinado, han optado por la vía rápida del chapapotazo, como si fuera un vial asfaltado, y a base de parches y apaños, la calle se está convirtiendo en una corredoira.

... Y que la moda no se extienda a otras calles

Con el adoquinado en situación similar a María Berdiales están otras calles del centro, entre ellas, varias de las comprendidas entre la Alameda y Policarpo Sanz.

El deterioro es más que evidente en Reconquista, Carral o Velázquez Moreno, en cuyo tramo final por fin se han puesto manos a la obra.

Esperemos que no se les vuelva a dar por aplicar la técnica Berdiales a base de chapapotazo para salir del paso mellorando o futuro...

javiermosquera@farodevigo.es