Los pocos blogs tradicionalistas de internet que ya han logrado reaccionar a la elección del Papa Francisco (muchos siguen paralizados por el pánico), han comenzado a levantar advertencias sobre los actos del pontífice. Por ejemplo, haber proclamado su homilía en la Capilla Sixtina, ante los cardenales, en el ambón y no desde su silla presidencial, su "cátedra". O haber impartido una simple bendición invocatoria, y no la bendición apostólica (propia del Papa), al final de la audiencia con los periodista, el pasado sábado.

Este informalismo pontificio (no informalidad, sino ausencia de formalismos, por muy sacros que se les considere), pone nerviosos a algunos, que evidentemente se autodelatan.

En ese informalismo se podría encuadrar asimismo esa frase que el recién elegido Francisco les dijo a los cardenales: "Que Dios os perdone lo que habéis hecho". ¿No es acaso una inspiración del Espíritu Santo la elección de un Papa?

Con un libro de escolástica pura en las manos se podría argumentar acerca de que Dios es la causa primera, la causa incausada de todo ser, y que a continuación está la causa segunda, aquella mediante la que operan los seres creados, tanto los corpóreos como los espirituales. Dios es la causa de la existencia, pero no actúa en cada ser creado y su libertad. Y como dice la fórmula teológica, la Revelación, la irrupción de Dios en la historia, el depósito de fe, se cerró con la muerte del último apóstol. Después, la Iglesia sólo ha reconocido revelaciones particulares a este o aquel santo, o en uno u otro milagro. Aunque los cardenales hubieran elegido al peor Papa imaginable, o a un Anticristo, el hecho de ser movidos por causa segunda deja a Dios aparte.

Por otro lado, los informalismos del Papa Francisco todavía estarían muy abajo en aquella escala que, por ejemplo, trazaba el Santo Oficio para establecer las censuras, o calificación de doctrinas o hechos contrarios a la fe. Dicho ranking empezaba por lo más terrible y descendía: "Herejía, próximo a la herejía, con resabio de herejía, sospechoso de herejía, cismático, falso, temerario, erróneo, escandaloso, blasfemo, ofensivo para oídos piadosos, malsonante, pernicioso".

Por lo que se ve, ciertos actos del Papa Francisco les resultan a algunos "perniciosos", "malsonantes" o acaso "ofensivos para ojos piadosos". Pero hasta le herejía falta mucho aún.