Estos días, viendo en la tele la violencia con la que cebaban a una oca para convertir su hígado en foie, he pensado en la agresividad con la que los ricos sacan su dinero de España y lo meten en la banca suiza. La imagen de un banquero suizo con un embudo de boca ancha entre los dientes, recibiendo más euros de los que le caben en el cuerpo me ha resultado conmovedora. Deben de tener el hígado a punto de caramelo. La masa monetaria, en fin, tiende a concentrarse, a modo de tumores de manteca dorada, en lugares concretos de la geografía mundial. Miles o millones de billetes de 500 euros se desplazan cada día de unas zonas a otras del cuerpo social. Los vacíos que dejan son ocupados inmediatamente por disposiciones legales que afectan a la sanidad, a la educación, a la justicia, a las pensiones, etc.

La mayoría de la población no sabemos nada de economía como no sabemos nada de física subatómica. Y se nos empieza a reprochar. Por lo visto, si uno ha ahorrado durante toda su vida 30.000 euros debe aprender a gestionarlos. Gestionarlos, para usted y para mí, consistiría en sacar de la cartilla 200 euros mensuales, hasta que se acabaran o hasta que nos muriéramos, para complementar la pensión. Pues no, la gestión de ese modesto capital consiste, por lo visto, en que no dejar que el banco te lo robe.

-Pero a quién se le ocurre comprar preferentes -dicen unos.

-Pero quién te metió en la cabeza la idea de adquirir acciones de esta empresa -te reprochan otros.

-Pero quién te aseguro que tu dinero estaría seguro en este fondo, que es una basura.

La respuesta siempre es la misma:

-El director de la sucursal de mi banco, que lleva unas corbatas muy llamativas.

Quiere decirse que gestionar los ahorros no consiste, como en otro tiempo, en meterlos en una cuenta a plazo fijo, sino en decirle todo el rato que no al asesor que el banco ha puesto a tu servicio. Saber economía, fundamentalmente, consiste en no hacer caso a los consejos de los que saben de economía. Ellos nos llevaron a la ruina, pero tienen las cajas fuertes suizas a reventar.