Pasada la resaca electoral en Cataluña, tres cosas hay quedado claras: Artur Mas perdió su apuesta de configurar una "mayoría indestructible" para organizar una consulta secesionista? pero dicha mayoría existe, solo que más plural de lo que pretendía el soberanismo de centro-derecha (al sumar 74 de los 135 escaños). Además, el resultado de las urnas es el de la "Cataluña real" (al producirse una participación del 70%, inédita en unos comicios autonómicos). La incógnita es qué puede pasar a partir de ahora.

Descartada (por ahora) la dimisión de Artur Mas, solo tiene dos opciones de pacto (ante la ruptura con el PP): ERC o PSC. Las dos encierran dificultades y, de no concretarse, se pronostican elecciones anticipadas a muy corto plazo.

El socio preferente de CiU son los republicanos independentistas. Coinciden con Mas en la necesidad de realizar la consulta (en septiembre de 2013, según han pedido), pero difieren en su disposición a afrontar el coste de los 4.000 millones en recortes que se le exige a Cataluña para el año próximo.

Con el PSC, el pacto no es más fácil (aunque sea la opción preferida por los empresarios). A la caída en escaños, debe añadirse el escándalo de presuntas comisiones ilegales que ha afectado a dos de los apoyos internos de su líder, Pere Navarro (como su secretario de Organización, Daniel Fernández). Exigirían a Mas la misma moderación en los recortes que pedirá ERC y, además, que aparcara la consulta (lo que no sucederá, mientras Mas siga siendo el líder de CiU).

El desenlace, durante el próximo mes (en el que habrá presiones de todo tipo). Y con un marco de fondo: como decía Augusto Monterroso, el dinosaurio (independentista) todavía está allí.