Y Llanos se fue con la cámara

Ayer, a primera hora de la mañana, antes de que pudiera llegar cualquier persona a dar el pésame a los suyos, me fui con el fotógrafo vigués Víctor de las Heras al tanatorio Vigomemorial. Vitín me había pedido que lo acompañara a esa hora para sellar un compromiso personal con quien, tras 97 años de vida y 83 con la cámara en mano, yacía en la misma sala que días antes había ocupado un sucesor suyo en la fotografía viguesa, Cameselle. Hablo de Ángel Llanos, y Vitín fue allí para algo que quería que fuera íntimo pero a mí me parece que merece ser contado. Hace unos años, charlando él con Llanos cuando ya estaba convaleciente en su casa, éste le dijo con su buen humor habitual: "Bueno, encárgate de que no me muera sin que me lleve una cámara conmigo, aunque sea de juguete". Y Vitín, que entonces le dijo que no le fallaría, le llevó ayer su primera cámara, la primera que tuvo cuando Llanos era su amigo mayor y su primer maestro fotógrafo, ese Llanos que jugó de niño por las calles de un Vigo en que desde la Puerta del Sol hacia arriba no había más que monte. Y lo cuento porque me parece simbólicamente hermoso: el fotógrafo que parecía eterno se fue junto a uno de esos objetos que constituyeron su vida: la primera cámara de Vitín, la última cámara suya.

De Vigo a Salvaterra

Siempre ha sido un hombre templado al que conocimos en Vigo durante muchos años como comisario con labores pedagógicas dentro del Cuerpo Nacional de Policía. Manuel Lamas se retiró hace unos años y decidió dejar la ciudad para vivir en la oxigenante y hermosa Salvaterra una vuelta a la tierra y un vuelco a su vida que hiciera activo y motivador su retiro. Ahora se dedica a la investigación histórica, preside o presidió la asociación de vecinos "A Lucerna" de su parroquia natal, San Paio de Fiolledo, preocupada por la defensa del patrimonio rural amenazado, y hace poco participó en una curiosa celebración: las bodas de platino bautismales del año que más niños nacieron en su parroquia. Niños que, hace 70 años, no vinieron con un pan bajo el brazo, sino con la cartilla de racionamiento. y que se reunieron hace unos días ante la pila bautismal por la que pasaron todos casi al tiempo. Estuvieron allí Laiña Tielas, Manolo Estevez, Néstor Fontán (el de la viguesa cafetería Seara), Carmen González Rivero, Esperanza Domínguez, Pili Barja y él mismo. Todos tenían unas canas más.

Un concierto meditativo

A nosotros, los hijos del rock, un concierto meditativo nos suena a algo alejado pero como habrá lectores que gocen entre cuencos tibetanos, gongs chinos, tambores... os cuento lo que os ofrece Hari Manit Kaur, Pilar para entendernos. Es un viaje de sonido oyendo estos instrumentos. lo que ella llama experiencia sonora de sanación. En el Instituto de Psicomotricidad (c/ Párroco José Otero, 5 - Vigo, entre el Hospital de Fátima y la calle Pino, tfno. 606338057), el viernes a las 20 h, con plazas limitadas. Dice Pilar que la vibración y la gran cantidad de armónicos de estos instrumentos ancestrales afectan a nuestro cuerpo energético y nos ayudan a limpiarlo. Absténganse los del heavy rock.

Y me voy a The First Twenty

Y hoy me voy de oyente, porque nada sé de eso, a The First Twenty, una reunión en el Habla Premium Bar convocada por Herrera Media, a la que me invitó Mely Francisco. Sé que, con la distensión que da un cóctel en la mano, se hablará de las oportunidades que las nuevas tecnologías ponen al alcance de las empresas, y de crear una espaciode opinión estable.

La peña Chicago

Ahí en medio, con gafas, tiene el Celta al fundador de una de sus peñas, que lleva el nombre de Chicago porque allí la hizo nacer cuando era emigrante en esa ciudad y abrió tienda, "El Porvenir", el mismo nombre que pondría luego a la de Vigo Ramón Cabezas. O sea que ya en Chicago el Celta tuvo con él peña y con ella sigue en Vigo y hacen comida una vez al año. He ahí a unos cuantos peñistas de la última.