Estos últimos días el panorama financiero español está sufriendo las mayores convulsiones de su historia. Bankia, el banco del PP en la última década, pide 23.000 millones de euros de dinero público, que su máximo directivo ya anuncia que son fondos que entrarían en su capital, y que por lo tanto, no se van a devolver.

Fondos públicos de todos los españoles, ciudadanos a los que el Ejecutivo de Rajoy, en aras de la austeridad y el ajuste fiscal está sometiendo a los mayores recortes salariales y de derechos de la historia democrática española.

En este terremoto, se ha lanzado desde círculos próximos al Gobierno de España y al PP, a veces resulta difícil diferenciarlos, la posibilidad de unir en una única institución, aquellas entidades en las que el capital públicos es ampliamente mayoritario, la propia Bankia, Catalunya Caixa y Nova Galicia Banco.

Ante esta situación resulta ya imprescindible, inaplazable, la comparecencia urgente del presidente de la Xunta para dar cuenta de la posición de su gobierno delante de las posibles ayudas públicas a Nova Galicia Banco. Es evidente que se ha abierto un nuevo escenario financiero con la situación de Bankia y la entrada de capital público para el rescate de la entidad, Feijóo no puede seguir escondiéndose.

Feijóo tiene que asumir y responder de sus actos ante la ciudadanía a la que gobierna. Y frente a esto, continúa alimentando una ceremonia de la confusión. Hace unos días, en uno de esos desayunos a los que acude regularmente a Madrid, señaló que las fusiones financieras se habían hecho todas mal.

Tiene que explicarnos que queda entonces de la emoción que le embargó en el acto de fusión de Caixa Galicia y Caixanova, donde llegó a decir que se le quebró la voz, y donde la conselleira impuso su firma a bolígrafo, para que quedara constancia del papel de la Xunta de Galicia en el proceso.

¿Qué quedó de la auditoría de KPMG? Una auditoría encargada por la Xunta, elaborada en 15 días, que nos costó a los gallegos 1 millón de que los grupos de la oposición, a pesar de reclamarla con insistencia, no hemos tenido acceso a la misma, y que según Feijóo avalaba el éxito incuestionable de la fusión de las dos cajas gallegas. Cuando alguien manifestó algunas reticencias, desde la Xunta casi se le acusó de traición al país.

Ahora el Sr. Feijóo nos habla de una supuesta operación para fusionar Caja Madrid, CAM y Caixa Galicia, y pretende aparecer como salvador de no se sabe bien que. ¿Por qué no habló de esta operación en su momento? ¿Se calló entonces por que era una operación auspiciada directamente por el Partido Popular? Nos debe otra explicación.

Acusó sistemáticamente al anterior Gobierno socialista, al propio Banco de España, a todos menos a los nefastos gestores que nos llevaron a donde estamos, de cambiar las reglas de juego y dificultar así los procesos de fusiones y de saneamiento financiero ¿Qué dice ahora de los continuos vaivenes, y de los dos nuevos decretos del señor de Guindos? ¿Estos nuevos decretos no dificultan las tomas de decisiones de los agente económicos? ¿Se sienten seguros los impositores? Todos, pero sobre todo los que tienen la responsabilidad de gobernar, tenemos el deber de trasmitir tranquilidad.

Cuando los portavoces del PP dicen que la Xunta "buscó" gestores de prestigio para liderar el proceso de la fusión de las cajas ¿Qué papel jugó? ¿Se está cumpliendo el plan de financiación? Feijóo después de las triunfales fotografías de rigor en Montepío, parece alejarse de las dificultades para encontrar financiación de NGBanco... una vez más, o la callada o la espantada por respuesta.

En un proceso en el que más del 90% del capital de NGBanco pertenece al Estado, los gallegos nos enteramos que los antiguos gestores de Caixanova y Caixa Galicia recibieron unas indemnizaciones millonarias, que teniendo en cuenta la situación económica general y la situación en la que dejaron a sus instituciones, resultan inmorales.

Los socialistas pedimos en el Parlamento de Galicia la creación de una comisión de investigación, el Partido Popular la ha bloqueado con su mayoría parlamentaria ya en dos ocasiones. Se niegan a que los gallegos reciban explicaciones en una estrategia intolerable de escamotear información a la ciudadanía sobre el uso y abuso de fondos por unos pésimos gestores. Gestión que luego tiene que ser "socorrida" con fondos de todos los españoles.

El papel del Sr. Feijóo en este proceso, ha sido el de un buscador de réditos electorales y de imagen. Se apuntó a todas aquellas fotos que consideró que podían reforzar su imagen, pero ha huido de las dificultades que han surgido en el proceso y de las explicaciones que le debe al país que gobierna.

A los buenos gobernantes se les reconoce por su capacidad para afrontar los problemas de frente y para dar siempre las explicaciones necesarias... lamentablemente, en Galicia estamos donde estamos, con un presidente desaparecido, el sistema financiero en dificultades y los ciudadanos poniendo dinero...

*Portavoz socialista en el Parlamento de Galicia