A ver: de parte de avecilla que en el montepío tendrían que hacerse el mirar lo del pago de las deudas de la Xunta. Porque una de dos: o hay falta de un control riguroso o alguien le está dando gato por liebre a O Noso Presidente. Y es que mientras éste dice que se cumplen los plazos para el abono de los pufos, hay decenas de deudores que musitan que de eso nothing y que menos lobos caperucita Y además de eso, cabreados. Ojito.

El pájaro cuenta que hay un par de áreas en las que el retraso es ya añejo, casi endémico, pero sobre todo destaca el rural. Desde ahí han mandado avisos y reiterado alertas, pero según el pájaro no es fácil atravesar el blindaje de asesores áulicos que –dicen– tiene a su alrededor el montepío. Y que se encargan, en algún caso, de matar al mensajero incluso antes que verificar el mensaje. Uf.

(Anacleto, que sigue eso de cerca, añade que algunos de los efectos colaterales de ese blindaje consisten en hacer creer al supuestamente protegido que quienes le critican son, además de miembros de una conjura, enemigos personales. Lo que no solo es falso, sino peligroso, porque tiene efectos contraproducentes: uno de ellos es que no deja dormir bien y así acelera más el desgaste. ¿Eh?)

Hablando de desgastes. Convendría, si os place, que mantengáis la atención puesta en algunas de las cosas que en su día os contó el filtrador enmascarado sobre lo que sucede en el antiguo centrismo ourensán. Sus alcaldes notan ya –y mucho– la diferencia generacional que existe en la cúspide, pero más aún la política. Y hay alguno que habla ya de buscar el modo de recuperar a Papi –Baltar– y sobre todo visualizar más su presencia. ¿Capisci?