Preicic el evangelista

Galicia tiene en el Silabario uno de los nuevos evangelios de su cocina, Alberto González Preicic es su profeta y Raquel Alonso su profetisa. Hizo bien el periodista. profesor, bloguero, gastrónomo y afable ser, Manuel Gago, en coordinarnos una visita al restaurante Silabario de Tui, no solo porque fue divertida sino porque fue confirmatoria: en Tui un treintañero señala uno de los puntos cardinales de la nueva cocina gallega, esa que se sustenta en la tradición pero adquiere combinaciones, formas y sabores inéditos. Antes navegamosunos cusantos con Alberto y Raquel por ese paisaje miñoto de la frontera y de la desembocadura cuyos pescados nutren su cocina. Íbamos gente como Manuel Gago, Soledad Felloza (fotógrafa uruguaya que me dejó absortado), Nacho Capeans, director de la COPE en Galicia, Xosé Manuel Ramos (blog Laconada), gente de Disquecool, medio digital de tendencias... Vino después el •"menú del Miño": bocaditos de sardina ahumada con sopa de almendras y tomate confitado, tartar de sábalo, molleja de ternera lechal a la brasa, ventresca de salmón del Miño, lamprea ahumada y a la bordalesa, chuletón de vaca vieja... Los vinos, desde un Pico das Penas albariño a un Bastón de la Luna (coupage caíño y loureiro). Encantados con el evangelio.

El club de tattoo Mil Caminos

Me llevó Belén Díaz a conocer Mil Caminos Tatoo Club, en María Berdiales, 26. Ahí tenemos, desde que a Leandro Sánchez Aita le dio por abrirlo, un taller de tatuaje en el que se predica esa cultura de la customización que quiere personalizarlo todo, aparecida en los 60 con las motos. Allí hallé la exposición de Rubén Ledo (creo que es arquitecto) "Sombras de lenguas solares", un recorrido surrealista por los sentimientos íntimos. Y es que Ledo confirma la oferta de Leandro para su local: un espacio que supera el concepto de simple estudio de tatuaje para dejar que ocurran dentro más cosas, abriéndolo a quienes estén alrededor de este mundo, sea en pintura, performances, monólogos, música...

Tenemos tanto que contar

Me contó el vigués Xurxo Torres, asentado en Madrid con Paula Carrera por necesidades del guión (o sea expansión de su firma de comunicación y publicidad), que hace unos meses tuvo, a pesar de premios y éxitos varios, su particular epifanía. Una visión surgida del infierno de la inmediatez del tiempo que nos ha tocado vivir. No fue tan intensa como para abandonar todo lo material y echarse a la carretera a hacer, yo qué sé, la ruta 66 americana (que ya lo hizo en su novela "La noche americana"), pero tuvo ese punto rebelde de preguntarse: qué estaba haciendo con su vida. Convenientemente canalizado dio forma a esa inquietud y, presentado en sociedad en el madrileño Círculo de Bellas Artes el pasado viernes, ahora lo comparte con todo el mundo . Tiene apariencia de Red Social pero su corazón bombea con historias de gente como él, tú y yo. Es Tanto que Contar , un espacio online para propiciar la reflexión y compartir historias.