A principios de julio de 2011 se publicó en la prestigiosa revista internacional Sciencexpres un artículo firmado por 33 investigadores marinos de todo el mundo, bajo el atractivo y periodístico título "High Value and Long Life-Double Jeopardy for Tuna and Billfishes" (Alto valor y vida larga-Doble Riesgo para los túnidos y los peces de pico). Hace pocos días uno de los más importantes periódicos de Galicia se hizo eco de él a toda página bajo el titular "El atún entra en la lista roja" (La Voz de Galicia, 3 de julio de 2011), que ha causado estupor entre la comunidad de investigadores pesqueros de España, y preocupación en el sector pesquero nacional, especialmente en las flotas que dirigen su actividad a los túnidos como el atún blanco o bonito del norte, atún rojo, y otros túnidos de los océanos tropicales como son los conocidos como rabil, patudo y listado, al pez espada y a sus especies acompañantes. Los investigadores que firman dicho artículo pertenecen a prestigiosas organizaciones científicas y universidades de numerosos países del orbe, a organizaciones pesqueras internacionales como la FAO, la IUCN, la ICCAT, y a ONGs importantes de defensa de la conservación de los mares y de sus recursos vivos como la WWF.

El citado documento de Sciencexpress y el informe del rotativo gallego llegan a conclusiones que han sorprendido a científicos pesqueros españoles y de otros países que son o han sido especialistas en evaluación de poblaciones de peces explotadas, y que han participado o participan habitual y activamente en organizaciones pesqueras internacionales (ORPs) como el Consejo Internacional para la Exploración del Mar, el Consejo Internacional para la Exploración Científica del Mar Mediterráneo, y todos los Comités Científicos de las ORPs de interés para España en el Atlántico, el Índico, el Pacífico, el Mediterráneo, el Ártico y el Antártico. Sobre todo ha sorprendido, por su falta de rigor, a los investigadores que trabajan habitualmente en la ICCAT (Comisión para la conservación de los túnidos (y peces espada) del Atlántico).

Entre las conclusiones más controvertidas de dicho trabajo se dice que especies como túnidos, bonitos, caballas, pez espada y marlines se encuentran altamente sobrepescadas, que cinco de siete especies amenazadas son atunes y peces de pico como el atún rojo del sur, el atún rojo atlántico, el patudo, el marlín azul, y el marlín blanco. Y llega a decir que la proporción de especies amenazadas entre los escómbridos (incluye los túnidos en general) y los peces de pico (aquí se incluye el pez espada) es similar a otras valiosas especies de vida larga tales como mamíferos marinos, tortugas marinas, tiburones y rayas.

Hemos de decir por nuestra parte que el sistema "investigación pesquera-evaluación de stocks de peces-consejo científico para la gestión-regulación de las pesquerías" ha mejorado progresivamente y de manera muy clara e importante en las cuatro últimas décadas, en gran medida debido a la extensión de las aguas jurisdiccionales de los países ribereños a 200 millas (desde las 12 clásicas de mar territorial), mayoritariamente desde el 1 de enero de 1977. Los países pescadores, como España, que venía faenando en muchos mares del mundo (Atlánticos Nordeste y Noroeste, África, Sudamérica, Índico) se vieron obligados a desarrollar sus equipos de investigación de los institutos oceanográficos y marinos nacionales para poder participar dignamente y en pie de igualdad en la evaluación internacional de las pesquerías y para asesorar científicamente a sus administraciones en las negociaciones multilaterales y bilaterales de los acuerdos de pesca que posibilitan el acceso de la flota pesquera a países terceros, a las aguas de la Unión Europea y en aguas internacionales reguladas por organizaciones regionales de pesca, todas ellas con su comité científico de evaluación y asesoramiento para la gestión.

En España estos equipos se desarrollaron fundamentalmente en el área de pesquerías del Instituto Español de Oceanografía, IEO, (OPI creado en 1914 e históricamente ligado a la administración pesquera nacional, aunque desde el año 2000 pasó al Ministerio de Ciencia), en algún equipo del CSIC y en el Instituto AZTI-Tecnalia del País Vasco cuando se formaron las comunidades autónomas. Hoy en día la investigación pesquera española está bien situada y considerada en el concierto mundial. El IEO participa activamente en todos los foros (UE, ORPs), y asesora al Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino. Sus científicos seniors y también los más jóvenes tienen prestigio internacional, han presidido y presiden grupos de trabajo i comités científicos internacionales y están plenamente integrados en el sistema investigación-asesoramiento-gestión de los distintos foros científico-pesqueros del mundo.

Es mucho, muy estandarizado y muy variado el trabajo que continuamente se realiza: mantenimiento y alimentación de las bases de datos pesqueros, campañas de investigación en buques oceanográficos, observadores científicos a bordo de de las diversas flotas nacionales, muestreos en los puertos donde se producen las descargas del pescado, investigación en la biología de las especies (crecimiento, maduración, fecundidad, alimentación, migraciones…), asistencia a las reuniones de evaluación y publicación de los avances en el conocimiento.

Con toda esta información de todos los países involucrados en las distintas pesquerías del mundo se lleva a cabo un seguimiento permanente de la evolución de las poblaciones de peces (biomasa total en la mar, del stock de reproductores, índice de mortalidad por pesca). De estos resultados se determina el estado del stock en relación con los llamados "puntos biológicos de referencia" calculados por los investigadores y adoptados por los gestores (Comisión de la Unión Europea en aguas de la Europa azul, ORPs internacionales). Entre estos equipos, el de pesquerías de túnidos y especies afines como el pez espada, del Instituto Español de Oceanografía, (y de AZTI-Tecnalia) es de los más fuertes, sólidos, y con investigadores de prestigio internacional del mundo en este importante grupo de especies, y sabe muy bien como es el estado de los stocks de las especies a que hacen referencia los científicos que firman el artículo de Sciencexpres.

El diagnóstico de ICCAT elaborado por estos investigadores especializados en túnidos y pez espada y sus colegas de los otros países, no es en ningún caso (salvo el atún rojo que debe ser progresivamente recuperado) ni mucho menos tan alarmantes como se dice en el artículo que comentamos. En los documentos oficiales de ICCAT y las otras ORPs atuneras pueden leer, quienes estén interesados, los resultados de todas las evaluaciones internacionales por especie y océano.

Está claro que a pesar de este abundante, continuo e intenso trabajo no todo está bajo control y muchos stocks están aún lejos de sus puntos de rendimiento máximo sostenible, que se aceptó como referencia mundial en la cumbre de Medio Ambiente de Naciones Unidas de Johannesburgo de 2002, aceptado hoy por todos los países, incluida la UE) como paradigma de la gestión de las pesquerías.

Hemos de decir, por otra parte, que no toda la evolución de los stocks de peces depende de la actividad pesquera. La Naturaleza influye tanto o más que la pesca. Las condiciones de los vientos y de las corrientes marinas, de las temperaturas y del plancton en los momentos posteriores a las puestas y a la vida de las larvas de los peces en el plancton condicionan grandemente la cantidad de juveniles que se incorporan anualmente a la pesquería y por tanto la biomasa del stock en los años siguientes. Así, en los últimos años las poblaciones de cigala atlánticas desde Irlanda al Algarve han sufrido descensos enormes, mientras que las de merluza en la misma zona marina han crecido de manera importante. Y el nivel del esfuerzo de pesca ejercido sobre cada una de estas especies se mantuvo estable.

Hay que resaltar y reconocer que hay flotas incontroladas con banderas de conveniencia en aguas internacionales, hay países o buques que no cumplen las medidas de gestión (tamaños mínimos de las mallas, tallas mínimas de los peces, zonas de veda, topes de desembarcos, días de pesca autorizados). Pero desde la aprobación del Código de Conducta para la Pesca Responsable de la FAO el avance es notable en el cumplimiento y colaboración con la investigación por parte del sector pesquero, al menos en los países occidentales de ambos lados del Atlántico y de los asiáticos desarrollados como Japón. El consumidor español y comunitario puede estar seguro de que el pescado capturado por los barcos españoles cumplen las medidas encaminadas a alcanzar el rendimiento máximo sostenible y actúan en la mar y en puerto bajo un control exhaustivo de su actividad.

Ante estas publicaciones y otras noticias recientes que han salido en todos los medios comprendemos a veces los temores del sector pesquero extractivo y transformador español a que oscuros intereses comerciales internacionales estén detrás de noticias alarmistas que pueden provocar caídas en la demanda de determinados productos o en las posibilidades de pesca futuras de nuestras flotas nacionales. En los últimos tiempos se perciben lobbies, que incluyen a científicos de prestigio internacional, que parecen tomar esa deriva sobre la que habría que permanecer muy alerta.

No podemos finalizar sin decir que los avances en investigación y gestión pesquera de las décadas recientes que antes citamos, que están situando o llevando hacia los puntos de RMS a las distintas poblaciones marinas, siguen a menudo sin ser comprendidas o compartidas por muchos pescadores comunitarios y en especial los españoles. Piensan que las administraciones pesqueras, y también los científicos, siguen estando muy, muy alejadas de sus problemas. Hace casi un siglo que el insigne escritor, pensador y político gallego Castelao, primer y breve Presidente de la Xunta de Galicia de la República, en una de sus tan maravillosas como ácidas viñetas representaba a dos viejos pescadores con sus bastones y sus boinas sentados en sendos norays de un puerto gallego, donde se amarran los barcos al muelle. Hablaban de los políticos de Madrid (hoy hablarían también y sobretodo de los de Bruselas), y uno le decía al otro y este le contestaba:

–"Do mar non facían caso"

"Pensarían que as sardiñas se facían nas fábricas"