Contaba no hace mucho en este mismo espacio que buscando un foro sobre el hígado había ido a caer en uno sobre tortugas. Pues bien, el domingo pasado, cuando intentaba localizar uno sobre el miedo a la oscuridad tropecé de nuevo con el de las tortugas, como si fuera verdad que todos los caminos conducen a Roma. Un internauta preguntaba si a las tortugas les provoca temor la noche. Lo decía porque la suya dormía siempre con luz.

–Si se la apago –añadía– se va a la cocina, pues le gusta el resplandor verdoso de la luz del reloj del microondas.

Los participantes en el foro entraban entonces en una discusión extraña sobre si los reptiles prefieren la luz roja o la verde, decantándose la mayoría por la primera. Uno de ellos trató de zanjar el asunto asegurando que ni luz roja ni verde, que lo que tienen que hacer las tortugas por la noche es dormir, como los seres humanos.

–Es esencial –concluía– respetar los ritmos circadianos, de otro modo se vuelven locas.

¡En qué momento se le ocurrió hablar de ritmos circadianos y de tortugas locas! A partir de ahí se organizó un buen lío, dividiéndose el foro entre los que querían saber qué era un ciclo circadiano y los que demandaban información sobre la locura de las tortugas. ¿Cómo se mide el grado de salud mental de un bicho con caparazón? Por lo visto, según algunos, las tortugas locas adquieren costumbres de perro, siguiendo dócilmente a su amo allá donde va y mordisqueándole las zapatillas de andar por casa (es lo que hace la mía, pero jamás pensé que se debía a un problema psiquiátrico).

Al final no quedó claro si debían dormir con luz verde o roja o sin luz de ningún tipo. Lo mejor, con todo, vino cuando uno de los participantes, preguntó qué tipo de alimento era mejor para remediar la delgadez de su tortuga, que estaba famélica. A la pregunta de cómo notaba su delgadez, aseguró que la pobre se salía de la concha al andar. La idea de una tortuga delgada saliéndose de su concha me puso los pelos de punta. Si antes le tenía miedo a la oscuridad, ahora le he cogido pánico. Imagino a mi tortuga desnuda en medio de la noche y no pego ojo.