Cerradas las operaciones en Láncara y Folgoso, tras la de Silleda -aunque en este caso salió peor de lo que había planificado Rafael Louzán, presidente provincial de Pontevedra, que previó menos lío- es ya un secreto a voces que el PPdeG quiere lograr, antes de que finalice el plazo legal para presentar mociones de censura, el máximo de objetivos, Es decir, de alcaldías que hoy no tienen sus siglas.

El presidente del PPdeG, Alberto Núñez, habría dejado “amplio margen de acción” a su secretario xeral, Alfonso Rueda, y a los prersidentes provinciales. No obstante, hay una instrucción: que las mociones no se apoyasen en tránsfugas sino en partidos o agrupaciones que hubiesen concurrido como tales a las elecciones.

En la provincia de Lugo, y tras los acuerdos con ediles de Terra Galega, puede hablarse de desaparición casi definitiva de los últimos restos del cacharrimo, seguidores de Francisco Cacharro que nutrieron las filas del partido de Pablo Padín. El otrora todopoderoso líder popular, presidente de la Diputación, quiso ponerle las cosas difíciles a sus sucesores, de forma especial a Xosé Manuel Barreiro,pero parece ya reconvertido.

En Pontevedra son posibles todavía movimientos en el Deza y el area de Vigo, con Porriño como objetivo especial. Su alcalde, el nacionalista Raúl Frances, se encuentra en una situación delicada en un municipio de importancia estratégica y económica en el que el centro derecha, aunque dividido, tiene mayoría consistorial.

El horizonte

Es un secreto a voces que la estrategia popular tiene como meta principal fortalecer las Diputaciones que preside y reconquistar las que perdió, Lugo y A Coruña. En esta provincia, el presidente popular Carlos Negreira tiene encuestas a favor y además la división socialista. En Ourense el PP es muy fuerte, pero las dudas acerca de quién será su líder, si repetirá José Luis Baltar o Núñez Feijóo forzará su relevo plantea dudas.

La concentración del voto en el PP, que significaría la reconquista de lo que Manuel Fraga llamó hace años “la mayoría natural”, produce desazón en la izquierda, que gobierna en coalición las grandes ciudades y no pocas villas medias y pequeñas.

El horizonte, sobre todo en las capitales, no es halagüeño para los biparttitos. Las encuestas que se hacen -aunque no todas se publican- insisten en un fuerte descenso de los nacionalistas del BNG de Guilherme Vázquez y otro,algo más suave, del PSdeG. Y aunque hay muhos indecisos, la desaparición de grupos pequeños podría cambiar coeficientes y dar mayoría absoluta al PP donde ahora la roza,

El antídoto

La izquierda -aunque es un secreto a voces que no existe unanimidad- confía en dos datos. El primero, como ya dijo Manuel Pachi Vázquez,que cuando se celebren las elecciones municipales, entrado el año 2011, la situación económica haya mejorado, y por tanto la sensación de pesimismo remita. La segunda, que se noten los efectos del nuevo plan de apoyo de Rodríguez Zapatero.

El plan podría permitir, a diferencia del anterior, un margen de maniobra a los concellos para pagar deudas a proveedores, lo que se notaría de inmediato en pymes y autónomos. Necesidad en la que coinciden Carlos Fernández,presidente de la FEGAMP, y el líder del PP Mariano Rajoy.

Oh el cuore!

Un secreto a voces es, también, la muy posible ruptura de una pareja que no parece resistir las presiones de la haute politique.

Pero de ello se hablará cuando sea público.