Pues no suenan mal, no señor, las cosas que han dicho, nada más estrenar sus cargos, los nuevos secretarios xeral y de Organización del PSdeG-PSOE. Cierto que son frases de manual -la de don Manuel Vázquez sobre gobernar en solitario, y la del señor García acerca de que un partido político es algo más que un club de amigos- pero en estos tiempos suponen más que eso e implican compromisos muy complejos.

A estas horas y pasado el primer sofocón, no pocos analistas han subrayado la aparente endeblez de los relevos habidos en la estructura socialista, y en consecuencia dudado sobre la verosimilitud de los objetivos marcados por la nueva dirección. Pero no parece una visión justa ni del todo exacta; en términos de coherencia interna, el nuevo equipo parece más fuerte que el anterior, e incluso desde el punto de vista personal aporta más química.

(No se trata tanto de comparar, que ya se sabe lo odiosas que suelen ser las comparaciones, sino de recordar que uno de los reproches principales -eso sí; vertidos después del 1-M- que se formularon hacia el anterior equipo fue la escasa conexión con las bases e incluso la cultura del socialismo gallego. Eso no se le podrá echar en cara al PSdeG del señor Vázquez como se hizo con el de don Emlio Pérez; el auténtico quid está en que probablemente no sea suficiente para lograr los fines que se han marcado en el cónclave pontevedrés).

Una de las incógnitas del futuro inmediato está, seguramente, en la capacidad que puedan tener los nuevos dirigentes del PSdeG para hacer lo que quiere su recién elegido secretario general, y no sólo llenen la calle sino que una vez en ella, puedan conectar con los que ya están ahí. Sobre todo en sentido literal, que son los desempleados como consecuencia no ya de una política neocon -que es la que le imputan al PP pero que antes fue del PSOE de don Felipe González y por supuesto después la del señor Zapatero- sino de los terribles errores de quien ahora tiene la responsabilidad de aportar soluciones y no es capaz.

Un primer indicio de por dónde pueden ir los tiros lo aportará -porque en política no hay reposo- en un mes el resultado de las elecciones europeas. Y tampoco en eso pinta bien para el equipo del señor Vázquez; una lista como la del PSOE, con Magdalena Álvarez muy arriba, es -conocidos los últimos datos del AVE en Galicia- sencillamente invotable aquí. Si Pachi logra que se olvide eso, podrá aspirar a todo, pero las va a pasar canutas.

¿Eh?