Si yo hubiera estado en la posición de Esperanza Aguirre, habría huido, como ella. Pero yo soy un cobarde. Por eso no aspiro a ser presidente del gobierno. En algunas cuestiones conviene decir las cosas de forma rápida, para no perdernos en disquisiciones inútiles. Vamos allá: ¿Qué habríamos pensado de un general que hubiera actuado como la presidenta de la comunidad de Madrid? ¿Qué habría pensado él de sí mismo? ¿Cómo sostener que hizo lo correcto o contemporizar con los consabidos "todos somos humanos" o "en tales circunstancias nadie sabe cómo actuaría"? Un general debe saberlo y Esperanza Aguirre era la generala de aquella delegación. ¿Imaginan ustedes qué se estaría diciendo de Rodríguez Zapatero si en las circunstancias de Aguirre hubiera actuado como ella? Lo imaginan, sin duda, y yo también, además de suscribirlo.

Pero es que luego está el asunto de la rueda de prensa en plan sainete. ¿Puede una persona (humana) con responsabilidades estatales presentarse públicamente de ese modo y soltar ese discurso? No puede, claro que no puede. Lo puedo hacer yo, que además de cobarde carezco de sensatez política. Mientras ella, con sus calcetines y sus zapatos de atrezzo contaba en plan telenovela que había pisado sangre con los pies descalzos, 50 ó 60 compatriotas estaban en una situación realmente apurada, de la que no sabían sin saldrían vivos. En cuanto al gobierno indio, aún ignoraba de dónde procedía el ataque y cómo combatirlo, pues no estaba descrito en los manuales convencionales de terrorismo. ¿Dónde estaba la prudencia política que cabía esperar de una dirigente? En ninguna parte. A la presidenta de Madrid sólo le faltó quitarse los zapatos y los calcetines de atrezzo para mostrar la sangre que ensuciaba la planta de sus pies.

Todos sabemos que a Aguirre la esperaba en el aeropuerto un ejército de asesores y de ayudantes con ropa limpia y champú. Si prefirió salir sucia, fue porque quería montar el número. Y lo quería montar porque hizo cálculos acerca de la popularidad que le reportaría la actuación. Sólo que le salieron mal.