No sólo su pictórico y al tiempo intelectual afán sino su capacidad para observar paseando la ciudad son dos cosas que admiro del pintor Amando González, un vigués de mi quinta (mejor no la digo) con el que ayer me topé en el centro de la urbe. Hablamos, no sé por qué, de vigueses de larga y entregada trayectoria llevada con discreción y salió a la conversación Raimunda Pérez, la mujer del inolvidable Antón Patiño. ¿Cuántas horas habrá metido Munda en la librería Librouro que fundó con Antón en 1969? Si Antón fue la imagen y la voz, ¿no podríamos decir que ella fue el soporte físico, a pie de obra, de esa librería que tanto se distinguió y distinguió a la ciudad por la diversidad de su producto? ¿De ese espacio tanto tiempo de encuentro entre vigueses lleno del calor de la palabra? Ahora están allí sus hijos Xurxo y Nuncha pero bien se debiera, como me decía Amando, reconocer de algún modo en la ciudad ese activo papel en la sombra de su madre, Munda. Porque una librería es, o era, algo más que un espacio de venta.

DE UNA CENA MÉDICA

Animada la cena que hubo el sábado en Palas de Rei con motivo de la inauguración de la muestra Médicos Artistas Plásticos, en la que figuraba al menos un sexteto de galenos llegados de Vigo. Podríamos decir que tal encuentro selló la creación del colectivo de médicos que dan al arte un espacio en su vida, unos 50 al menos que pronto estarán en un libro aunque la muestra sólo recoge obra de 20. Aunque ni son médicos ni artistas, allí estuvo el comisario Superior de Galicia, García Mañá, el fiscal del TSXG, Carlos Varela... Tertulia distendida después con anécdotas como la que contó el neurocirujano Alberto Rodríguez sobre el jabalí que entró por las bravas en el corral de su casa, o la declaración de pertenencia del radiólogo Xan Vieito a la por él denominada República Independente do Lourido. Entre los médicos tocados por el arte estaba también Enrique Pereira, a quien uno conoció hace ya mucho en una muestra de eróticas expresiones en un local vigués. Enrique, que reparte su tiempo entre Vigo y O Ferrol, ganó este año el premio de pintura del Colegio de Médicos de Pontevedra y algo está preparando para exponer en Madrid.

DE TANGO CON MIGLIARINI

Me tomo un café en la plaza con el argentino Enrique Migliarini, que no estoy seguro de si es protésico de oficio pero sí que es cantante de tangos de beneficio, aunque no económico. Quique, que vive en Vigo hace muchos años y lo he visto actuar en no pocos lugares, viene contento de su visita a a Argentina porque allí, en Buenos Aires, grabó "Alma de tango", que es el CD que ahora estoy oyendo. Con su voz recia suenan clásicos como "Caminito" o "Garúa" (yo creí que era "garufa", ché, Georgina Bortolotto, cónsul nuestra de Argentina, corrígeme) y uno se entrega al alma del tango, que yo no sé si es canalla o así pero da igual. Suena bien este Migliarini, así que me tomo un matecito a tu salud, pibe.

Y XOSÉ GUILLERMO "DIXIT"

Ayer hemos conseguido, pregonándolo en esta sección, que un vigués reencontrara de inmediato a su argentina recién conocida y perdida de su agenda telefónica. Si así de solventes somos en el amor, ¿porqué no vamos a conseguir algo parecido en arte con lo que nos propuso el pintor Xosé Guillermo Sobrino? Nuestro artista está preparando una antológica en la Casa das Artes que creo que se inaugura en septiembre pero necesita recuperar alguna etapa de su camino pictórico que está en casas particulares. Dicho de otro modo, agradecería el pintor que quienes tienen obra característica suya, definitoria de una etapa por ejemplo, se pongan en contacto con él (986 22 78 32) para cederla temporalmente para su expo.