Llevo mucho tiempo sin escribir sobre pesca, salvo sobre temas puramente técnicos. Durante los últimos tres años no he querido entrar en debates sobre ella porque he creído, hasta ahora, que es mejor que los que hemos tenido responsabilidades políticas en este sector, crucial para la economía de Galicia, vayamos dejando paso a gente más joven y con una perspectiva de la vida más larga que los que ya vamos entrando en edades más avanzadas.

No obstante, el pasado miércoles 11 tuve la ocasión de encontrarme con los grupos que de manera pacífica se concentraban en el Parlamento de Galicia, que eran la mayoría, independientemente de lamentables incidentes puntuales que se produjeron. Me pedían que no los olvidara, y la verdad es que no puedo. No puedo, porque cuando los que le hemos dedicado al mar y a la pesca una buena parte de nuestra vida profesional y política, asistimos a la crisis más grave de este sector, callar sería deshonesto.

El jueves día 12 fui a la manifestación convocada en Vigo, absolutamente pacífica y sin que se produjera ningún incidente. Hacía mucho tiempo que no veía a viejos conocidos y tengo que decir que se me encogió el alma viendo a muchos antiguos amigos a los que les cuesta participar en ningún evento de este tipo. Para que lo hayan hecho, la cosa tiene que estar muy mal.

Los ingleses tienen una expresión muy ingeniosa para definir a alguien que se halla completamente ausente del mundo que le rodea y que no es capaz de discernir el mundo real de la fantasía. Dicen que esa persona está el "cloud-Cuculand", que se puede traducir en español (¡¡sí, sí,... español!!) como "estar en las nubes de Cuculandia". Pues bien, hoy afirmo que no he visto a nadie estar tan en las "nubes de Cuculandia" como nuestras actuales administraciones pesqueras.

Jamás desde el año 1972, en el que entré en contacto con la pesca profesional, asistí a una crisis tan grave, y tengo que decir que asistí a muchas: la extensión a 200 millas, nuestro ingreso en la Comunidad Europea, la gran crisis del congelado de finales de los años 80, etc. Nunca vi amarrar la flota de altura por pura necesidad, porque no se cubren ni una parte de los costos fijos de explotación. Conozco muy bien a los armadores gallegos y tengo que decir que siempre han sido muy poco proclives al enfrentamiento directo con la Administración Pesquera y menos a la adopción de una medida tal como un amarre global y masivo de la flota.

Por eso, si alguien no sabe interpretar lo que está pasando, es que no tiene ni idea de lo que tiene entre manos, y esto es lo que están demostrando tanto el Gobierno del Estado como el de la Xunta de Galicia: están demostrando que en materia pesquera están "en las nubes de Cuculandia", y lo que es peor, parecen sentirse a gusto instalados ahí. Ministra, Secretario General de Pesca, Conselleira y el Bloque Nacionalista Gallego siguen instalados en la negación de la realidad: no pasa nada, no es más que el capricho de cuatro ricos, no es más que una manipulación del PP.

Este infantilismo político y económico deriva de la vieja soberbia y dogmatismo de una izquierda que ni siquiera es ilustrada: ¡Cómo van a equivocarse ellos que son los portavoces de los valores eternos!. Asistimos al absurdo de pretender acusar al Presidente del PPdeG de alentar la "Kale borroca", simplemente por hacer lo que el PSOE y el Bloque no hacen: preguntar a las víctimas de esta crisis qué les pasa y cómo desean que los políticos les ayudemos a resolverla. Los de la oposición desde la oposición, y los del Gobierno desde el Gobierno. El problema es que desde el Gobierno, nada.

Pues bien, lo que pasa se resumía en una pancarta que portaban en la manifestación del jueves en Vigo que decía, si mal no recuerdo, algo así como: Año 1998, precio del gas-oil: 30 pesetas, precio de la faneca: 135 pesetas. Año 2008, precio del gas-oil: 135 pesetas, precio de la faneca: 30 pesetas. Esto es el resumen de lo que pasa. El sector sufre varias crisis acumuladas que ahora se juntan por la pasividad de unos gobiernos ineficaces. La solución no es fácil, y no hay una única medida, sino que es necesaria la aplicación de una serie de ellas, como ya han hecho Francia, Portugal e Italia.

¿Y aquí por qué no?: pues eso es lo que han de explicar a la opinión pública la Sra. Espinosa, el Sr. Fragueiro, la Sra. Gallego y el Sr. Lobeira: todos ellos gallegos, pero que si usáramos la terminología del Bloque Nacionalista constituirían el paradigma más preclaro de gallegos "colonizados", cipayos de la metrópolis colonizadora madrileña. Naturalmente, yo no creo en este tipo de tonterías políticas. Simplemente creo que todos ellos son el paradigma de la ineficacia y de la indigencia intelectual en materia de gestión.

Desde la Xunta, ambos partidos dicen que no pueden hacer nada porque no tienen las competencias. La Sra. Conselleira ni siquiera aparece y se niega a reconocer que, hoy por hoy, es la Xunta la que tiene la mayor parte de la financiación de los fondos de la pesca en sus manos y que necesariamente tiene que estar presente en las negociaciones entre el sector y la administración central. Lo señores del Bloque sólo se dedican en el Parlamento a desearle lo peor a la Selección Española de Fútbol y a jugar un papel absurdo de pseudo-oposición protestando contra ellos mismos, y siendo incapaces de lograr gestionar nada, ni en la Xunta, ni ante Madrid, ni en Bruselas.

La Consellería no convoca al sector ni para escucharlo en el Consello Galego de Pesca ni en ninguna parte y se dedica a hacerse auto-preguntas laudatorias en el Parlamento de Galicia, para auto-convencerse de que sí negocian. Bien, pues a pesar de todos ellos, la pesca en Galicia sigue siendo un sector estratégico; necesita de una planificación a largo plazo, de un plan estratégico que tanto vienen reclamando las empresas. Pero el problema más acuciante ahora es de corto plazo y le toca al Gobierno resolverlo y no hacer más el triste papel de Don Tancredo, porque, como decía un conocido economista, "a largo plazo todos estamos muertos".

Bajen, pues, Ministra, Presidente de la Xunta, Secretario General de Pesca y Conselleira de Pesca de esas nubes de Cuculandia donde les veo instalados y resuelvan la crisis para que el sector pueda seguir siendo competitivo. Bajen también, Sr. Quintana y señores del Bloque Nacionalista Galego de sus nubes de Cuculandia, (que no veo por qué esas nubes son "de Nazón" y no sé dónde están) y asuman de una vez que están siendo cómplices, con premeditación y alevosía, y si alguien no lo remedia, en el entierro de la pesca gallega.