A propósito de la llamada crisis del PP (que como todos los fenómenos de esa clase es un asunto interno con notorias ayudas externas ), el veterano periodista y académico de la lengua don Luis Maria Anson ha escrito un artículo proponiendo soluciones para que la formación no se escinda y surja de su seno un Partido Popular Auténtico, que dividiría el voto e instalaría a los socialistas en el poder para mucho tiempo (supongo que al modo y manera en que, después de la muerte de Franco, se creó aquella Falange Española Auténtica para recuperar las esencias supuestamente perdidas). No es desde luego el artículo que escribiría un observador lejano e imparcial sino el propio de un incorregible aficionado a la conspiración política que goza mojando la pluma en tinta de calamar. El mismo lo reconoce al decir que, hace años, participó, junto con otros profesionales del periodismo (el llamado "sindicato del crimen"), en la campaña contra la reelección de Felipe González. Campaña en la que se utilizó munición de grueso calibre que pudo poner en riesgo hasta la propia estructura del Estado, según confesó el académico más tarde. Y la razón alegada entonces para correr tan peligrosa aventura es que se trataba, en definitiva, de velar por "el bien de España". Al parecer, González, una vez hecha la reconversión industrial, apuntalado el sistema bancario, ratificada la integración en la OTAN y firmada la adhesión a la Unión Europea, conducía el país hacia el caos y era necesario un cambio de rumbo. Lo que sea el "bien de España" no nos lo explica claramente el señor Anson, pero se supone que se trata de asegurar la preponderancia de los criterios políticos de la derecha, según los entiende por supuesto el veterano periodista. Una pretensión a la que no hay nada que oponer porque un sistema democrático debe de garantizar que todo el mundo encuentre sitio para arrimar el ascua a su sardina. No obstante, lo más curioso de este asunto es que ahora mismo el llamado "bien de España" exige que el señor Rajoy abandone su puesto en el PP, renuncie a su pretensión de presentarse candidato a las próximas elecciones y deje paso a otra persona de la confianza de Anson. "Un líder nuevo y joven -escribe- que mire hacia delante y se suba al caballo del centro derecha reformista, al galope ya en la mayor parte de le Europa unida". Al parecer, don Mariano ya no reúne condiciones para practicar la equitación y debe ser descabalgado de inmediato. "Fue un ministro 10, hubiera sido un excelente presidente de gobierno, pero -concluye- es un mediocre candidato en elecciones generales". En resumen que, el problema del todavía líder del PP no es de competencia, ni de conocimientos, ni de ideas, sino de imagen. (Otro destacado conspirador, el señor Ramírez, llegó a decir que en toda Europa no se conoce a un triunfador en las elecciones que lleve barba). De todas formas, lo más sugestivo del artículo de Anson, desde mi modesto punto de vista, es esa imagen de que la derecha siempre va a caballo y al galope. Los que vamos a pie por la vida debemos resignarnos a votar otra cosa. ¿Quién los alcanza?