¿Quién escribe los discursos del Jefe del Estado, Rey don Juan Carlos? Es una cuestión que aparece con cierta periodicidad, sobre todo a raíz de los discursos "con fundamento", como suele describir algunos de sus platos fuertes el cocinero Arguiñano, que lee -o interpreta- don Juan Carlos. El de la apertura de la legislatura, este miércoles al mediodía, ésas de esos discursos, que incitan a hacer la pregunta: ¿Se identifica con cada una de sus expresiones, o habla "por boca de un redactor gubernamental"? La cuestión se plantea cuando se observa lo dicho por el Rey lo que expresan algunos titulares de crónicas periodísticas. Dice una de éstas últimas que el Rey pide "solidaridad y cohesión para reaccionar ante la crisis económica". En otra se puede leer que el Rey pide "solidaridad y cohesión para afrontar la crisis económica". ¿Habla el Rey de crisis económica en este notable discurso?

Ya saben ustedes que es motivo de controversia entre los políticos y analistas políticos y económicos si el momento económico por el que atravesamos es de crisis, o sólo de desaceleración o de turbulencias económicas. Pues bien, el Rey insta a hacer frente a las "dificultades e incertidumbres de la situación económica, como demanda la voluntad popular". Viene a dar igual, si ha empleado un término u otro, pero ésa es la voluntad del Rey, o al menos una de ellas. La otra prioridad se llama lucha contra el terrorismo. Y en ambas reclama, de manera insistente, la conveniencia de que se produzca la unidad de todas las fuerzas democráticas como una de las demandas más unánimes e insistentes de la sociedad española y una obligación de todos los demócratas y un deber frente a las víctimas y sus familias.

Insistió luego el Rey, a la hora de abundar en las dos prioridades, en que la actual situación económica, el nivel de empleo y la protección social son situaciones ante las que hay que reaccionar con grandeza, diálogo, cohesión y solidaridad para retomar la dinámica de los altos niveles de crecimiento y bienestar acumulados en más de una década.

En cualquier caso, el mensaje real es fácil de entender e incluso de asumir. Por lo menos por parte de la ciudadanía en su conjunto y de manera generalizada. Otra cosa es lo que hagan los políticos, y muy particularmente los dirigentes políticos, en cuyas manos está la consecución de ese diálogo y consenso que se requiere para la nueva legislatura.

Por lo demás, el acto solemne fue ocasión para comprobar cómo desde Esperanza Aguirre hasta las ministras del Gobierno, han coincidido en criticar las tonterías proclamadas por el nuevo primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, que cometió la frivolidad de criticar a un gobierno, el español, con demasiadas mujeres...