La crisis definitiva de las ideologías, tantas veces anunciada, llega por fin. Si hasta Esperanza Aguirre pide que el PP abra un debate ideológico podemos hacernos una idea de lo bajo que han caído las ideologías. Pasa lo mismo con las artes. Ahora todos, desde niños, quieren ser artistas de la tele, quedan pocos que no quieran ser escritores (con libro), y móvil en mano cualquiera se ve de cineasta. El final de cualquier cosa llega con su banalización. A través del debate ideológico que anuncia, Esperanza Aguirre espera demostrar nada menos que la superioridad moral de sus ideas respecto de las socialistas. Todo eso arranca, claro, de cuando en la campaña Rajoy dijo que sus ideas en el fondo eran socialistas. O sea que la confrontación ideológica que se avecina, mientras la crisis nos mordisquea los talones, es entre la liberal Esperanza y el socialista Mariano. Santo cielo.