Hoy al mediodía José Luis Rodriguez Zapatero renovará mandato. En esta ocasión será a la segunda, con sus únicos votos. Esta circunstancia no es producto del azar. Al contrario, se trata de una decisión bien pensada, de la que José Blanco ha sido, en gran medida, su muñidor secundado por José Antonio Alonso. El tiempo dirá si se trata de una posición meramente táctica y que se pueda decir que va libre de ataduras con los nacionalistas, o si, por el contrario, se trata de una decisión estratégica. Es decir, una decisión que va ser sostenida en el tiempo y en los modos de hacer política. La verdad es que nadie ``ha cogido el punto´´ a la legislatura que ya se ha iniciado.

Ha sido éste un debate que la ciudadanía ha vivido con extraordinaria indiferencia y que en el Congreso se vivía en un ambiente muy alejado de cualquier entusiasmo. Ha tenido mucho de ``trámite´´, que ha servido, eso sí, para que todos cojan oxígeno. Lo ha cogido el líder de la oposición, que aún votando en contra no ha dejado margen para consideraciones ofensivas hacia su partido y que de puertas adentro del PP ha sido bien valorado. Y, desde luego, ha cogido oxígeno el propio candidato, hoy ya presidente. El presentarse libre de ataduras le otorga una imagen que Rodríguez Zapatero necesitaba, sobre todo pensando en aquellas plazas electorales en las que los resultados socialistas han dejado mucho que desear.

Pero los partidos nacionalistas existen y le van a ser necesarios. CiU se ha colocado de perfil y el PNV en una clara distancia. El portavoz vasco, Josu Erkoreka, asegura que no les ha dejado ni una rendija y que de aquí a las elecciones vascas poco hay que hacer. ``Va demasiado sobrado´´, dijeron todos, que percibieron que ``le gusta hablar bonito, pero nada más´´.

Con 169 votos, en principio, cabe pensar que el presidente no va a tener dificultades aritméticas, pero la legislatura se presenta con extremas dificultades políticas y económicas. Políticas, porque el problema del agua en Cataluña no es una cuestión menor y que está produciendo sutiles pero profundas discrepancias de muy difícil gestión y porque la asignatura del País Vasco está ahí, a la espera de ponerse en primera página de todos los periódicos. De la situación económica, ¿qué decir?. El FMI lanza nuevas y severas alertas que al Presidente parece costar asumir, aunque en este punto algo hemos avanzado. Hace un mes no pasaba nada y ahora oficialmente se asume que va a incrementarse el paro.

Pese a que los problemas reales son de profundidad, nada gusta más que establecer hipótesis en torno al PP, en donde el desconcierto, los enfados y demás piruetas llevan nombre de mujer: Soraya y Esperanza.