Por fin, Julio Calviño, Alcalde. Y es que el que la sigue, la consigue...

¡Por fin, coño!... Julio Calviño, Alcalde.

Resistir es vencer y por fin lo ha conseguido, aunque sea sólo mientras la delegación viguesa defiende en Bruselas lo de la Universiada.

El desplazamiento conjunto de Caballero y Domínguez plantea una situación insólita de vacío de poder, fruto del pacto de gobierno que establece una única tenencia de alcaldía, que ha obligado a crear la Segunda, siendo el afortunado el señor Calviño. Pero en el nombramiento se hace mención expresa a que sólo será efectivo en ausencia del Teniente de Alcalde por antonomasia. Por si acaso.

En fin, que me imagino al Segundo Teniente de Alcalde consultando el parte meteorológico por si algún temporal repentino obliga a cerrar puertos, aeropuertos y carreteras y fuerza a la delegación viguesa a saborear pralinés unos días más por la Grand Place...

Y aunque sea por unos días habrá que solucionar lo del coche oficial...

Las Tenencias, aunque sean temporales, implican prebendas y una de ellas es el coche oficial con chófer.

Con el parque de representación ocupado, el concejal tiene a su disposición el multamóvil dos, de paquete y al que sólo le falta que le ponga el banderín. Y así, entre que le van a recoger, le traen y le llevan de vuelta, aprovecha para ir tirando afotos de coches mal aparcados.

Por cierto... ¿Y las clases?, porque ya se sabe que para él eso es absolutamente prioritario.

A ver quien ordena el tráfico en el paseo de Samil...

Dicen los usuarios del paseo de Samil que a ver si alguien pone orden, porque especialmente los días buenos, entre bicicletas, patines y perros se plantean verdaderos problemas de tráfico... Y a veces se pisan demasiados cristales...