no se sabe si aún está ahí o es que

ya llegó...

En un edificio de la Travesía de Vigo hay un papanoel pendurado de la fachada y la verdad es que cuesta saber si aún está o ya está.

Porque claro, lo normal a estas alturas del año es pensar que lleve ahí desde las pasadas navidades y que los dueños de la vivienda se hayan olvidado de él. Y el pobre, como está colgado, no tiene más remedio que aguantar estoicamente.

Pero puede ser también que contagiado con las prisas del Concello por instalar la iluminación navideña -conviene recordar que Vigo fue pionera en plantificar la bombillería- el pobre santaclaus se haya desorientado y anticipado el viaje y traiga ya en su macuto los regalos de las próximas navidades... Si es así, oye, que los del piso le pasen de vez en cuando comercio y bebercio, porque hasta diciembre se nos puede quedar pajarito...

Con la sede vacante aún caliente, ya hay lista de candidatos al sacrificio...

Es infalible, oye. Se declara la sede vacante y empieza el baile de candidatos para sacrificarse y ocupar lo de la Zona Franca, que no es mal sacrificio, todo hay que decirlo.

En unos casos son los propios interesados en el nombramiento, que sueltan el disque seica a ver si hay suerte y en otros incluso quienes por una causa u otra quieren quemar al adversario, aunque esté ocupando ya ya un carguito oficial...

¿Nombres? ... casi conviene esperar, que el baile no ha hecho más que empezar...

Entre demolerlo y darle uso, va y resulta que arde...

... Y hablando de quemas, curioso, oye, lo del caserón que albergó al restaurante El Castillo en O Castro. Es como si alguien pensara que ante la disyuntiva de darle uso de nuevo o demolerlo, mejor plantarle fuego y así, ni una cosa ni la otra...