Los Juegos Paralímpicos de 2016 no sólo se ven y se pueden tocar. También se pueden oír. Pero, ¿cómo? Las preseas, al contrario que las de los Juegos Olímpicos, contienen bolitas de acero en su interior que permiten distinguir, al agitarlas, entre las oro, las de plata y las de bronce.

Los galardones incluyen un mensaje en Braille, pero a los organizadores no les ha parecido suficiente. A partir de ahí surgió la idea de diferenciar los metales de las medallas también por el sonido. Al incluir las pequeñas bolas de acero, 16 en la de bronce, 20 en las de plata y 28 en las de oro, los discapacitados visuales pueden deleitarse con sus éxitos agitando las medallas, como Michael Phelps y Usain Bolt lo hacen cuando las contemplan.

Este es el motivo por el que en multitud de imágenes de las entregas de medallas los atletas se acercan las preseas al oído y las agiten levemente, un gesto que había llamado la atención a más de uno y que encerraba una razón de peso.