Támara Echegoyen ya está en casa. Cuarta clasificada en 49er FX, la pontevedresa compitió en Río 2016 lesionada en un pie y tendrá que someterse a una operación quirúrgica. Después, durante esa mezcla de vacaciones y convalecencia, comenzará a reflexionar sobre su futuro. Apuesta por la continuidad de su sociedad con Berta Betanzos. Está por decidir si cambian de clase e incluso si se mantienen en la liza olímpica.

El regreso de Echegoyen a Peinador es muy diferente al de hace cuatro años. Campeona en Match Race, entonces había coincidido en el vuelo con otros medallistas gallegos, Gómez Noya, Cal y Begoña Fernández, además de Teresa Portela. Al aeropuerto le reventaban las costuras. Esta vez le aguarda un grupo de íntimos. Y su perra Moura, que salta festivamente a su alrededor. "He tenido mucho apoyo durante estos años", agradece. Todavía le asoma en los ojos la tristeza del cruel cuarto puesto. "Hemos vivido grandes emociones. Debemos estar muy contentas. Berta y yo llevamos solo tres años navegando juntas y hemos podido defender durante tres días el liderato. Sabíamos que la clase 49er estaría muy igualada. Las medallas se jugaron en una regata de 20 minutos. Debo felicitar a quienes las consiguieron. Tenemos el cariño y el respeto de nuestras rivales, que es también un gran premio. En unos días valoraré mejor este diploma tan importante".

Echegoyen y Betanzos llegaron a la par que sus adversarias danesas, neozelandesas y brasileñas a la última regata, la Medal Race. "Sí le he dado vueltas", reconoce Echegoyen. "Berta y yo estábamos preparadas para ganar el oro. Lo habíamos demostrado. Pero a veces se toman decisiones que no son correctas y tenemos que afrontarlas. Somos responsables de llegar primeras y también de tener el diploma".

Con ella ha viajado su inseparable entrenador, Pepe Lis. "No hemos hablado mucho de ello", asegura. "Ellas, nada más acabar, sabían dónde estaba la clave, dónde fallamos, que fue en la salida principalmente. No salimos bien. Tratamos de llegar por la derecha pero no dio opciones, sino más a la izquierda".

Para Lis no se empaña la gesta. Echegoyen, también campeona del mundo de 49er FX en febrero, "llegó al oro con una clase nueva como era el Match Race y ahora ha estado con opciones con otra clase completamente diferente. La calidad está clara. No hay que ganar una medalla más para decir que es una de las mejores del mundo o la mejor. Es capaz de complementarse con cualquiera y en cualquier barco", establece.

Otra circunstancia agranda su mérito. En marzo se fracturó el meñique de un pie. Aplazó la operación porque el proceso médico hubiera obstaculizado la preparación de los Juegos. "Decidí soportar el dolor. En una semana entro en el quirófano y espero estar pronto recuperada para volver a la guerra".

A la gallega le queda en general la sensación de que "han sido unos Juegos excepcionales, muy diferentes a los anteriores pero también inolvidables. He disfrutado cada día con mi equipo". Lis matiza: "A dos meses de los Juegos todos pensábamos que iba a estar bastante mal. Una vez allí, la contaminación seguía, porque el agua estaba completamente marrón, pero no había basura, plásticos, lo que más afecta al rendimiento. Las danesas se quejaron de que en una regata cogieron algo en la orza en un timón. Pero fue lo único".

Recién termina un ciclo olímpico. Otro empieza. "Tomar una decisión sería precipitado", explica Echegoyen sobre su futuro. "Tengo para rato en la vela. Hemos formado un equipo excepcional.No sabemos si en el FX o en otra modalidad, pero Berta y yo seguramente seguiremos trabajando juntas y esperamos dar alegrías". Y añade: "En la vela olímpica o con otros planes". Lis apoyará cualquier camino que emprendan: "Ya les he dicho a las dos que son ellas las que tienen que decidir tranquilamente. Ahora, que descansen".