La keniana Vivian Cheruiyot, dos veces campeona mundial, derrotó en la final de 5.000 metros con nuevo récord olímpico (14:26.17) a la gran favorita, la etíope Almaz Ayana, que buscaba el doblete del fondo tras haber ganado en 10.000, pero midió mal sus fuerzas y terminó tercera.

La medalla de plata fue para la keniana Hellen Obiri con 14:29.77 y Ayana hubo de conformarse con el bronce (14:33.59) después de haber liderado en solitario la carrera hasta el penúltimo giro. Solo la etíope Tirunesh Dibaba, en Pekín 2008 ha logrado esa combinación de oros (5.000-10.000) en unos Juegos Olímpicos.

La plusmarca mundial de 5.000 (14:11.15) lleva intacta ocho años en poder de otra etíope, Tirunesh Dibaba. Ayana se había quedado este año a un solo segundo del récord mundial con su registro victorioso de Roma (14:12.59). En Río no había razones para descartar el récord.

La japonesa Miyuki Uehara ejerció de liebre para Ayana con un primer mil en 2:59.86 que desbrozó el paquete. Cuando el marcador anunció que faltaban 8 vueltas, Ayana metió una marcha más y se alejó de todas. Ayana cubrió los 2 km en 6:00.36 y el tercero en 8:47.80. Pero cuando la pequeña Cheruiyot asumió personalmente la caza la carrera cambió radicalmente. La tres kenianas se quedaron solas en la persecución y fueron resueltamente en busca de la etíope, cuyas fuerzas se extinguían a ojos vistas. Cheruiyot atrapó a la etíope a 600 metros del final y la dejó clavada y a merced de Obiri, que también la adelantó. Etiopía, que hizo triplete el año pasado en los Mundiales de Pekín con Ayana, Teferi y Genzebe Dibaba, recibió una lección de sus grandes rivales, las kenianas.