El saltador de pértiga francés Renaud Lavillenie es uno de los protagonistas de los Juegos tras llorar en el podio tras ser abucheado por el público del Estadio Olímpico. La reacción del francés tuvo lugar al recibir la medalla de plata, momento en el que el público le abucheó por segundo día consecutivo después de hacer unas declaraciones en las que comparó el comportamiento del público brasileño con el rechazo que sufrió el atleta Jesse Owens en los Juegos de Alemania de 1936. Las declaraciones causaron polémica y Lavillenie se disculpó a través de Twitter por la "mala comparación". "Fue una reacción "en caliente", admitió.