Bolt, Van Niekerk, Jebet, Wlodarczyk e Ibargüen han colocado al atletismo de Río un escalafón más alto.

Wayne van Niekerk llegó a robar el protagonismo a Bolt, algo que difícil de ver en un estadio de atletismo al batir el récord del legendario Michael Johnson en 400. El estadio estaba lleno y todos los focos se volcaron en él y en asombroso récord (43.03). Sus parciales fueron: 100 (10.7), 200 (20.5), 300 (31.0) y el tiempo final fue de 43.03. El anterior récord del mundo se habían realizado con los siguients parciales 11.10/21.22/31.66/ 43.18.

La carrera tuvo un enorme nivel con Kirani James y LaShawn Merritt secundando al sudafricano.

Para poner en valor las marcas conseguidas aquí están los tiempos del tercer medallista en las últimas ediciones olímpicas.

2016 43.85

2012 44.52

2008 44.80

2004 44.42

2000 44.70

Van Niekerk está entrenado por una señora de 74 años, llamada Anna Botha, y que ya es bisabuela. Se hizo conocida mundialmente el año pasado al colgar una foto con zapatillas de casa. Lo más curioso de esta afable señora es que usa castañuela para marcar el ritmo a su pupilo.

Después de la carrera le preguntaron por la misma a Van Niekerk y dijo: "No puedo decir lo que sucedió en la carrera. No tengo ni idea, estaba ciego".

La marca de Bolt, por sí misma, no fue nada especial (9.81). De hecho es su peor marca desde que inició su racha de triunfos, en grandes campeonatos, en Pekín 2008 (9.69). En Londres 2012 paró el cronómetro en 9.63. Pero tomado en su contexto, lo importante es el hecho de conseguir tres oros consecutivos que en una disciplina de velocidad tiene el mismo valor que los cuatro consecutivos de Carl Lewis en longitud y Al Oerter en disco. Gatlin, que fue el mejor en la salida, no hizo sombra al jamaicano. Se quedaba en 9.89, y el canadiense De Grasse se hacía con el bronce pero en una final con menos nivel medio que lo vivido en el 400. Una de las imágenes de los Juegos fue ver cómo Bolt cortaba la entrevista que estaba concediendo a la NBC para irse a abrazar con Van Niekerk. Este verano han compartido entrenamientos juntos.

En la lucha Jamaica-EE.UU. por la hegemonía de la velocidad vuelven a vencer los isleños, que llevan tres Juegos consecutivos logrando el triunfo tanto en hombres como en mujeres. El problema que puede tener la velocidad jamaicana es el relevo generacional. En mujeres, Thompson ya es una digna sucesora de Fraser-Pryce pero en hombres no se vislumbra ningún joven que pueda suceder a Bolt. El trío que acudió a Río son tres atletas experimentados (Ashmeade, Bolt y Blake) pero no hay atletas jóvenes destacados. EE.UU. por contra, tiene un relevo generacional con Bromell, los Noah Lyles, Michael Norman, etc. Atletas que podrían estar en Río a un gran nivel.

Anita Wlodarczyk fue la otra gran protagonista al batir su récord del mundo al lanzar el artefacto a 82.29. La grandeza de la lanzadora polaca es que tiene además los 11 mejores lanzamientos del año.

En triple venció Catherine Ibargüen con salto de 15.17, segunda fue la venezolana Yulimar Rojas. Ambas tienen varias cosas en común: las dos son entrenadas por cubanos que están haciendo una gran labor técnica, y ambas hicieron historia en sus respectivos países. La colombiana fue el primer oro en atletismo en la historia del país cafetero y Rojas consiguió la primera medalla para la delegación venezolana en Río. La reina es Ibargüen pero por la juventud de Rojas se puede predecir que no tardaremos en tener una nueva reina en un período corto de tiempo.

Ruth Jebet se quedó a las puertas del récord del mundo de 3.000 obstáculos debido a un primer kilómetro lento (3.05). Su segundo kilómetro fue a 2:54. 14, el parcial más rápido en toda la historia de los obstáculos femeninos. Llegó a la última vuelta con posibilidades de récord del mundo pero se quedó a las puertas con un registro de 8:59.77. Ahora es la única atleta en el mundo que ha bajado dos veces de los 9 minutos.

En el apartado de curiosidades destacan un par de medallistas. Sophie Hitchon, una antigua bailarina de ballet ,se hizo con la medalla de bronce en el lanzamiento de martillo. Su padre fue campeón escolar de menores de 15 años en 100 metros y ella llegó a correr en 12.1 los 100 metros y llegó a ser reserva del equipo británico júnior en el 4x100. La otra anécdota procede del podio de la longitud masculina, donde Luvo Manyonga obtuvo la medalla de plata. Se trata de un atleta sudafricano que estuvo muy enganchado al tik, una droga euforizante y muy adictiva que hace estragos en buena parte de África. Afortunadamente, logró salir de esa adicción y en Río demostró que cualquier ex drogadicto puede tener una segunda oportunidad. El deporte, una vez más, como la válvula de escape de una adicción.

*Director Técnico de la Federación Gallega de Atletismo