Teresa Portela sonríe, O Morrazo también. El estreno de la palista canguesa ha sido notable. Ha presentado su candidatura a colgarse su primera medalla olímpica tras lograr el segundo mejor tiempo de su semifinal y el tercero de la general. Prefiere huir del optimismo tras este buen día. "Me centro sólo en lo de mañana y a por todas", destaca la remera morracense, que destaca la igualdad que existe entre ellas y sus competidoras por el sueño olímpico. "Estamos separadas por milésimas. Puede pasar de todo".

La sede del Club de Mar Ría de Aldán vibraba con su palista. Decenas de personas celebran el pase a la final y el paso previo a lograr esa medalla que certificaría el excelente palmarés de Teresa Portela, que acaba de participar en los quintos Juegos Olímpicos de su carrera deportiva. Esa fuerza, ese empuje procedente de O Morrazo le sirvió a la canguesa para tener "muy buenas sensaciones" en una semifinal en la que admite que trató de remar cerca de Lisa Carrington, actual oro olímpico y principal favorita a subir mañana a lo más alto del cajón.

Portela acabó justo por detrás de la neozelandesa. Fue el tercer mejor tiempo (40.241), pero el segundo puesto en su serie provoca que acabase las semifinales como cuarta. La cita será especial. La cuenta atrás ha comenzado para que la canguesa se mida de nuevo a su sueño de ser medallista en unos Juegos Olímpicos. La gran final del K1 200 se disputa a las 14:47 horas española. El escenario, idílico, será la laguna Rodrigo de Freitas, un lugar situado entre la playa de Ipanema y la falda de la montaña del Corcovado.