Teresa Portela ha cumplido los pronósticos. Ha hecho los deberes y el sueño de lograr una medalla olímpica está más cerca. La palista canguesa sacó el billete para la final del K1 200 metros tras ser segunda en su serie con un tiempo de 40.241 segundos. La morracense puede vivir mañana martes su gran día. Tendrá una nueva oportunidad para subirse por primera al podio de unos Juegos Olímpicos tras estar en las cuatro citas olímpicas anteriores. La cita, mañana a las 14:54 horas. Galicia buscará su primera medalla en estos Juegos Olímpicos de Río.

La canguesa Teresa Portela se había clasificado minutos antes para las semifinales de la prueba de piragüismo K1 200 metros de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro. La palista gallega, que compite en sus quintos Juegos Olímpicos, llegó tercera en su serie, con un tiempo de 40.844 segundos.

Tras rubricar su pase a la final, que tendrá lugar mañana a las 14:54 horas, Teresa Portela buscara en la icónica laguna Rodrigo de Freitas, que se encuentra entre la playa de Ipanema y la falda de la montaña del Corcovado, su primera presea en unos Juegos Olímpicos.

"Para mí lograr una medalla", anuncia la palista de Aldán. "Lo que pretendo es dar lo máximo de mí para ver si puedo ser la mejor", dice.

Su experiencia será un factor importante a tener en cuenta. La gallega disputará sus quintos Juegos en Río. La de Sydney, en el 2000, fue su primera experiencia olímpica. Allí finalizó en la 13ª posición en el K-1 500. En Atenas, en 2004, fue quinta (diploma olímpico) en el K-4 500. En Pekín, cuatro años después, fue sexta en el K-1 500 y quinta (diploma) en el K-4 500. En Londres, en 2012, tuvo la oportunidad de centrarse en un barco individual, y en su distancia favorita, los 200 metros. Allí firmó su mejor actuación. Fue cuarta, a dos décimas del bronce. Acarició el podio olímpico por el que ahora está dispuesta a luchar con más ganas que nunca.

Verducido ha sido testigo de las muchas horas de entrenamiento, esfuerzo y sacrificio de la canguesa en su camino hacia la tan ansiada gloria olímpica. Pero desde Londres hasta Río muchas cosas han pasado en la vida de Teresa Portela. La más importante: la maternidad. "Ser madre y ser deportista de élite es complicado. El día necesitaría tener muchas más horas", confiesa. Sin embargo, su pequeña es la mayor fuente de inspiración y fuerza. Mamá Teresa ha trabajado con más ganas que nunca para cumplir su gran sueño.