El pontevedrés Fernando Echávarri, que navega en la clase Nacra 17 junto a la canaria Tara Pacheco, se ha quedado a las puertas de la 'Medal Race' tras concluir en la undécima posición. El corte de la 'Medal Race', tras doce regatas clasificatorias, lo establecieron los brasileños Samuel Albrecht y Isabel Swan, que suman 101 puntos, los mismos que Fernando Echávarri y Tara Pacheco, pero los brasileños han acumulado en la serie mejores puestos y por ello superan al barco español.

El ponetevedrés, de 44 años y con un amplio currículum en el que destaca el oro en la clase Tornado que logró en los Juegos de Pekín junto a Antón Paz, y la grancanaria, que debutó en unos Juegos en Londres 2012 en el 470 junto a Berta Betanzos, en Río han ido de menos a más. En la jornada de ayer cerraron su participación con un cuarto, un décimo y un sexto, pero no le ha servido para entrar entre los diez primeros que tendrán hoy jornada de descanso y disputarán la regata final mañana.

Por su parte, la española Marina Alabau, que llegó a los Juegos de Río como campeona olímpica tras el éxito que tuvo en las aguas de Weymouth en Londres 2012, no pudo revalidar el título y ni siguiera subirse al podio en la bahía de Guanabara, donde tuvo que ceder a la fuerza de las rivales.

La sevillana, que cumplirá el 31 de agosto 31 años, acudió a los Juegos brasileños con la experiencia de Londres, la madurez de cuatro años más de trabajo y la consolidación familiar al ser madre en este periodo olímpico. Alabau no quiso marcarse el reto de la medalla de oro pero sí el de estar en el podio y poner en su gran currículum una segunda presea olímpica.

En esta ocasión también fue muy regular ya que nunca bajó de octavo puesto salvo una descalificación en la antepenúltima manga de la serie previa que le empezó a pesar mas de la cuenta.

Por esa descalificación se metió en la 'Medal Race' como sexta a seis puntos de la primera, en vez de tercera y solo con tres puntos más como hubiera quedado de no prosperar la protesta de la israelí Maayan Davidovich.

Además, el sábado por la noche también se enfrentó a otra protesta, en este caso del equipo de medición al considerar que no se había presentado a las verificaciones técnicas previas a la prueba final, algo que finalmente se demostró que no era cierto, por lo que hay no tuvo penalización.

La regatista reconoció que le quedaba "un mal sabor de boca" tras no poder conseguir medalla y confirmó que su intención es ahora tomarse otro "año sabático" para volver a ser madre.